Joane Somarriba ha hecho de la constancia su mejor victoria en la carrera de la vida. Igor Astarloa representa el potencial de la nueva generación de ciclistas, con talento para las clásicas de la Copa del Mundo. Ambos tienen en común, además, el haber emigrado a Italia para encontrar el reconocimiento que se les negó en España. Junto con Alejandro Valverde, suponen la punta de lanza de un ciclismo al que le falta solidez en sus estructuras para dar cabida a tantos talentos.
El alemán consiguió su sexta corona mundial en la última prueba de la temporada, el G.P. de Japón, aunque tuvo que sufrir para terminar octavo. La victoria de Rubens Barrichello le allanó el camino y dio a Ferrari el título de constructores. Fernando Alonso, en un buen circuito para el Renault, tuvo que abandonar.
Valentino Rossi y Daniel Pedrosa vencieron en el Gran Premio de Malasia y se proclamaron campeones de MotoGP y 125 cc., respectivamente. En el cuarto de litro volvió a ganar Toni Elías, y además se subieron al podio Jorge Lorenzo, Fonsi Nieto y Sete Gibernau.
Mientras los españoles se preparan para el Masters Series de Madrid, las chicas se reivindican. Virginia Ruano se adjudicó el torneo de Tashkent y Arantxa Parra fue semifinalista. Carles Moyà jugó la final del torneo de Viena, pero la perdió contra el suizo Roger Federer.
La selección pagó sus pájaras primaverales y aunque ganó a Armenia, se ve obligada a jugar la repesca para estar en el Europeo, porque Grecia derrotó a Irlanda del Norte. Eslovenia, Noruega, Holanda, Letonia, Escocia, Turquía, Croacia, Gales o Rusia, segundos de sus respectivos grupos, pueden ser sus rivales.
La segunda ronda de la Copa del Rey se tiñó de luto: la violencia arrebató al deporte todo su protagonismo. La muerte en Santiago de Compostela del aficionado del Deportivo Manuel Ríos sacudió al fútbol español, además de la agresión al colegiado Téllez Sánchez en el Castellón-Valencia, que fue suspendido.
Los Memphis Grizzlies de Pau Gasol ganaron al Barcelona de Juan Carlos Navarro y Dejan Bodiroga, en un amistoso disputado en la Ciudad Condal. La fiesta en la que se convirtió el Sant Jordi, a pesar de que el partido no fue un espectáculo de pata negra, quedó adornada con algunas delicias made in NBA.