Argentina, después de muchas dudas por la crisis económica, alberga uno de los Mundiales más igualados. El equipo italiano intenta revalidar su corona, pero no convence y se la pueden arrebatar tanto el campeón europeo y olímpico, Yugoslavia, como el campeón de la Liga Mundial, Brasil, que será su rival en cuartos. También tienen mimbres de éxito Argentina, espoleada por su condición de local, que ya ganó a los transalpinos en el último partido de la segunda fase, y Rusia, un equipo eficaz, aunque acecha desde un discreto segundo plano. Al título también se apuntan Portugal, Estados Unidos y Grecia, pero se les reserva la etiqueta de sorpresas. No tendrá ese consuelo España, muy gris, que quedó eliminada en la segunda fase.
Dani Pedrosa, Toni Elías y Álex Barros impidieron en Motegi (Japón) plasmar el dominio italiano con la victoria número 600 de un piloto transalpino en el Campeonato del Mundo de velocidad.
El finlandés Marcus Grönholm se proclamó matemáticamente campeón del mundo al imponerse en el Rally de Nueva Zelanda, decimotercera prueba del Mundial. Su equipo, Peugeot, hizo lo propio por marcas gracias al segundo puesto de su compañero Harri Rovanperä.
Los jugadores de primera fila y los españoles no aparecieron en la lista de premiados de los torneos de Tokio y Moscú. El honor recayó esta vez en apellidos modestos como Mathieu, Carlsen, Craybas y Maleeva.
El danés Jacob Piil (del CSC-Tiscali) se impuso en la penúltima prueba de la Copa del Mundo. Los miembros del equipo Lampre fueron detenidos para investigar su relación con las sustancias dopantes encontradas en el vehículo de Edita Rumsas el pasado 28 de julio.