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VOLEIBOL

Un equipo débil superado por las exigencias

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes06-10-2002

La selección española contaba con uno de los mejores equipos de toda su historia, pero volvió a tropezarse con su maldición en los Mundiales, y ni siquiera pudo superar el octavo puesto conseguido en 1998. La igualdad con los rivales, el exceso de confianza y la falta de rapidez hicieron que España perdiese una ocasión inmejorable para confirmarse entre los mejores del mundo.

La creciente experiencia internacional de los jugadores españoles, de los que tan sólo cuatro de sus 12 componentes juegan en la competición española (también lo hacen en las ligas italiana, alemana, francesa y belga), no sirvió para que el equipo que entrena Francisco Hervás rindiera a la altura de las expectativas y alcanzase la fase final. Se encontró desde el principio con circunstancias adversas, que obligaron al equipo a afrontar una presión añadida de la que no pudo sobreponerse. Hervás confió en el bloque que logró la quinta plaza en la Liga Mundial, un conjunto experimentado, con una media de edad de 27 años, en el que destacaba la incorporación de Rafa Pascual, recuperado de diversos problemas físicos. El veterano rematador del Perugia italiano, de 32 años, volvió a ser la figura de un equipo que no logró alcanzar su mejor juego, a pesar de que en el sexteto titular contar con un bloque de excelentes jugadores en el sexteto inicial: Cosme Prenafeta y Juanjo Salvador -ambos del Unicaja Almería-, José Luis Moltó y Guillermo Falasca, que juegan en el Roeselare belga, y Quique de la Fuente, del Piacenza italiano. La lentitud en las combinaciones y las dificultades en los bloqueos, por la escasa altura de los hombres altos -tan sólo Moltó supera los dos metros-, provocaban problemas que el seleccionador trató de resolver con la incorporación del líbero Alexis Valido (que juega en el Friedrichschafen alemán), el colocador del Niza francés Gustavo Saucedo, que se terminó por hacer con un hueco entre los titulares, y el rematador Pedro Suela, del Unicaja Almería. Alfonso Flores, del Numancia Caja Duero de Soria; Juan Carlos Vega, del Asti italiano; Carlos Luis Carreño y Juanjo Salvador, ambos del Unicaja Almería, tan sólo jugaron algunos minutos para dar descanso a los titulares y no pudieron resultar decisivos para cambiar el signo gris del equipo español.