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VENEZUELA

El paro cívico permanente llega a su fin

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura1 min
Internacional02-02-2003

Venezuela se ha pasado dos meses en la calle, pancarta en mano, desfilando en contra y a favor del actual presidente electo, Hugo Chávez Frías. Ante la profunda escisión que presenta el país suramericano, el papel de la Comunidad Internacional interpretado por el Grupo de Amigos de Venezuela consiste en ver de qué forma se puede unificar políticamente el país.

Nada más llegar, los representantes del grupo mantuvieron reuniones con los rectores universitarios para que comenzaran las clases. Los centros comerciales y las franquicias dejarán de protestar al poner fin al paro mantenido desde el pasado 2 de diciembre. Los representantes del Grupo de Amigos tuvieron múltiples reuniones en Caracas con todas las partes implicadas en el conflicto que sufre el país. Tras dos meses de paralización la oposición ha terminado proponiendo soluciones que descansan en tesis muy cercanas a las gubernamentales. De esta forma, el referéndum sobre la continuidad del actual presidente legítimo, Hugo Chávez, no sería inmediato como pretendía la posición opositora, sino que se celebraría cuando Chávez llegara a la mitad de su mandato, es decir, el próximo agosto. Según politólogos del país estas vías de solución 100 por ciento legales muestran la derrota de la oposición. La oposición, de forma cuasi simbólica, presentará lo que se ha venido a llamar el firmazo: El total de una recogida de firmas para un conjunto de iniciativas destinadas a forzar la salida anticipada del presidente. En cualquier caso, la llegada del Grupo de Amigos de Venezuela (compuesto por España, Portugal, Estados Unidos, México, Brasil y Chile) junto con el subsecretario general de la ONU, Danilo Turk, y las propuestas de la asociación de gestión de crisis que preside Jimmy Carter permiten ver una salida a una situación que comenzaba a enquistarse. Sin duda, la solución al conflicto interno del país suramericano tenía que venir de fuera. Hugo Chávez lo sabía, y tal vez por eso haya visitado 30 veces en 30 días a un país miembro del Grupo de Amigos de Venezuela: El Brasil de Lula.