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Un año y medio de crisis

Por Noelia Hernández MartínTiempo de lectura2 min
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La retirada del embajador marroquí en España, la crisis de Perejil, la suspensión de una reunión por haber violado el espacio aéreo marroquí, la inmigración ilegal, los desacuerdos en materia pesquera, la reivindicación marroquí de Ceuta y Melilla y el problema sobre la soberanía del Sahara Occidental. Estos son los ingredientes de una crisis que se ha estado cocinando durante más de un año y medio.

Los problemas entre España y Marruecos se manifestaron cuando el rey marroquí, Mohamed VI, llamó a consultas el 27 de octubre de 2001 a su embajador en España, Abdesalam Baraka. En realidad, una llamada a consultas es por un tiempo breve, en el que el diplomático informa, de primera mano, de las relaciones hostiles entre ambos países. Sin embargo, su particular llamada a consultas ha significado la retirada del embajador, lo que trae consigo el final de las relaciones entre ambos países y lo que es peor, el no reconocimiento por parte de Marruecos del Estado Español. Desde ese momento, la vuelta del embajador se convirtió en el principal objetivo de España en las relaciones con su país vecino. Una meta que después de un año y medio parece haberse conseguido. La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio y su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, declararon el pasado jueves en una reunión celebrada en Rabat que los embajadores volverán a sus puestos esta semana. Sin embargo, la retirada del representante de la diplomacia marroquí dio lugar a una serie de problemas y fricciones que enfrentaron a ambos países. La invasión marroquí de la Isla de Perejil el pasado verano fue uno de ellos. España y Marruecos alcanzaron un acuerdo para recuperar el status quo que habían mantenido durante más de 40 años. Sin embargo, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países acordaron en una reunión que celebraron en julio en Rabat darse un periodo de tregua para enfriar la tensión desatada por el incidente. De esta forma, decidieron reunirse en septiembre en Madrid para restablecer unas relaciones más fluidas. Este encuentro nunca se celebró. Marruecos lo suspendió porque, según Benaissa, un helicóptero español aterrizó en Perejil y un avión sobrevoló su espacio aéreo. En realidad el avión que amenazaba a Marruecos era una avioneta que Tele 5 contrató para hacer su trabajo informativo y, según los periodistas de esta cadena de televisión, "en ningún momento entró en el espacio aéreo marroquí". A todos estos problemas se suman la reivindicación marroquí de Ceuta y Melilla, los desacuerdos en materia pesquera, el problema sobre la soberanía del Sahara Occidental y el aumento de inmigración ilegal marroquí en España. Palacio y Benaissa se reunieron el pasado mes de diciembre y acordaron la creación de grupos de trabajo que resuelvan todos estos problemas. Marruecos también dio un paso adelante ofreciendo sus aguas a los pescadores afectados por la desastre del Prestige. La esperada vuelta del embajador marroquí a España esta semana será el punto de partida del restablecimiento de unas relaciones más fluidas entre España y su país vecino.