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INCERTIDUMBRE

Es tiempo de rebajas en la Eurozona

Por José Martín de Bernardo Tiempo de lectura2 min
Economía13-12-2002

La autoridad monetaria europea recoge a la baja sus previsiones de crecimiento en la zona euro en su informe mensual de diciembre. Advierte que no recuperará su potencial de crecimiento de entre el dos por ciento y el 2,3 por ciento hasta el 2004. Las causas son la falta de confianza de los consumidores por el clima de incertidumbre en los mercados internacionales.

El crecimiento para este año se situará entre el 0,6 por ciento y el uno por ciento y no entre el 0,9 y el 1, 5 por ciento como auguraba en su pasado informe. Del mismo modo, el crecimiento para el 2003 estará entre el 1,1 por ciento y el 2,1 por ciento y no entre el 2,1 por ciento y el 3,1 por ciento. Señala además que la recuperación no recobrará fuerza hasta el 2004, en el que se espera un crecimiento de entre el 1,9 y el 2,9 por ciento. Esta situación ha sido calificada como de "decepcionante" por esta institución monetaria presidida por Wim Duisenberg. En su informe también muestra datos que el BCE considera "optimistas", como es la nueva horquilla de la inflación entre el 1,3 por ciento y el 2,3 por ciento, frente a la del 1,2 y el 2,5 por ciento. Diversos factores son los que pueden explicar que la inflación se relaje. Entre ellos, el moderado crecimiento de la actividad económica, el nivel de tipo de cambio euro y un menor riesgo en la evolución de los salarios. Es decir, que la paridad del euro con el dólar mantendrá a los productos europeos competitivos en precio, no serán más caros, y al no subir tanto los salarios el coste de producción no aumentará, es decir, no subirán los precios. No obstante, en los primeros meses del 2003, la tasa interanual, que compara el crecimiento de la inflación de este año con el anterior, se mantendrá por encima del dos por ciento. A la hora de buscar culpables para explicar la falta de arranque de la economía de los Doce se encuentra un "elevado grado de incertidumbre". El informe enumera una serie de factores como las tensiones geopolíticas y sus posibles repercusiones en el precio del petróleo; la evolución de los mercados financieros y la persistencia de desequilibrios en todo el mundo, como el de Argentina. Estos factores traen como consecuencia una caída en la confianza de los consumidores a pesar de la mejora de los empresarios. Esto no es suficiente, porque mientras no se demuestre lo contrario el bolsillo del consumidor es el que sigue estimulando la economía. La receta del BCE para paliar esta situación consisten en planes de saneamiento para los presupuestos y reformas estructurales en la toma de decisiones.