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El presidente De la Rúa dimite arrastrando a todo su gabinete

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía23-12-2001

El ya ex presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, se lo jugó todo a una carta: la propuesta de un gobierno de concentración nacional. Y perdió. El Partido Justicialista (PJ), con mayoría en el Parlamento, rechazó esta opción, por lo que De la Rúa abandonó su cargo el jueves de la semana pasada. "Confío en que mi decisión contribuirá a la paz social y la continuidad institucional de la República" declaró el líder de la Alianza, que se marcha dejando a medias su mandato.

La dimisión de De la Rúa no fue, sin embargo, la primera. El día anterior, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, presentó su renuncia debido al gran descontento social. La decisión de De la Rúa también afectó al resto del Gobierno, provocando las dimisiones en masa del vicepresidente, Chrystian Colombo, y de los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa, Educación, Justicia, Turismo y Salud. El vacío de poder se rellenó echando mano de la Constitución, que determinó que, a falta del vicepresidente Colombo, debía asumir el gobierno el presidente del Senado, el peronista Ramón Puerta. A partir de este momento, se presentaban dos posibilidades: agotar la legislatura o convocar elecciones. "Tiene que haber un fuerte respaldo popular para quien tenga que concretar medidas", opinaba Puerta, decantándose por la segunda, que fue la que finalmente triunfó. El mandato interino de Puerta se prolongó durante 48 horas, apoyado por un gabinete provisional en el que Jorge Capitanich se hizo cargo de la cartera de Cavallo, Economía. La medida más importante que puso en marcha Puerta fue el restablecimiento del estado de sitio en aquellas provincias que lo solicitaron, como Buenos Aires. El Gobierno argentino tocó puerto finalmente el sábado de la semana pasada con el peronista Adolfo Rodríguez Saá, que será el encargado de llevar al barco por aguas tranquilas durante tres meses, hasta que tengan lugar las elecciones del 3 de marzo. Rodríguez Saá era hasta ahora el gobernador de San Luis, provincia que ha dirigido durante 18 años, y una de las pocas sin problemas financieros. Ya ha explicado sus intenciones: no devaluará el peso ni cambiará el sistema de paridad con el dólar, sino que tomará una decisión mucho más arriesgada. Declarará la mayor suspensión de pagos de la historia de Argentina.