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DOPAJE

Otros deportistas ya han debido demostrar la inocencia

Por Pedro Luis MeleroTiempo de lectura2 min
Deportes07-12-2001

La fama de un deportista le permite defender su inocencia o tener que demostrarla, como les ha ocurrido al nadador David Meca y a la pertiguista Dana Cervantes.

Desde hace varios meses, en el mundo del fútbol, la nandrolona trae de cabeza a los defensores del juego limpio. En menos de un mes se conocieron los positivos de Fernando Couto (jugador del Lazio), Edgar Davids (del Juventus) y Frank de Boer (del Barcelona), lo que hizo saltar la alarma. Sin embargo, las sanciones ejemplares se redujeron considerablemente en las apelaciones: de dos años de suspensión se pasó a sanciones de sólo algunos meses. Pero la nandrolona ha salpicado a otros deportes como el baloncesto, la natación y el atletismo, casi siempre en deportistas de élite, lo que hace más penosa la situación. Los deportistas defienden su inocencia alegando excusas que van desde la ingesta de carne de cerdo contaminada por nandrolona (que se administra a los animales para estimular su desarrollo muscular) hasta el consumo de complejos vitamínicos o suplementos dietéticos. Cierto es que todos ellos cuentan con la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario, y en muchas ocasiones, no se les concede. El caso más sonado en España ha sido el del campeón del mundo de natación en larga distancia, David Meca, que defendió su inocencia hasta la saciedad y consiguió finalmente su absolución. El español fue sancionado por dos años por la Federación Internacional de Natación (FINA) y aportó pruebas capilares y de orina que demostraban su inocencia, pero sus detractores hicieron oídos sordos hasta que la evidencia pudo con ellos, cuando ya había sido cumplido seis meses de sanción. El tiempo concede la razón y David Meca está demostrando, con victorias, que una máquina se puede equivocar. La pertiguista Dana Cervantes, que posee el récord de España de la modalidad, ha demandado al Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD), que la sancionó por dos años, después de que la Audiencia Nacional la haya declarado inocente. La atleta ha visto perjudicada su imagen y su propia carrera, lo que considera un perjuicio demasiado gravoso: muy probablemente, el precio de no ser un deportista famoso, como por ejemplo Pep Guardiola.