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VISITA A MARRUECOS

Zapatero cruza el Estrecho

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
España22-12-2001

La prensa marroquí extendía el martes alfombras de titulares para recibir a José Luis Rodríguez Zapatero como “embajador” de una “diplomacia paralela” a la oficial, capaz de unir las dos orillas y de “normalizar” las relaciones entre Madrid y Rabat. Aún no estaba confirmado el encuentro entre el Rey de Marruecos, Mohamed VI, y el secretario general del PSOE, pero las pistas anunciaban que tendría lugar.

Y así fue. 40 minutos duró la entrevista que con antelación habían preparado Zapatero y el primer consejero real, André Azulay. El secretario general del PSOE destacó “la sensibilidad” del rey marroquí respecto al fenómeno de las pateras, su interés en que la Unión Europea incremete las ayudas a Marruecos para reforzar los controles en las fronteras y las buenas vibraciones que presentía respecto a la vuelta del embajador marroquí a España. Zapatero le transmitió al rey de Marruecos que dicha vuelta debería producirse, a su entender, antes del comienzo de la Presidencia española de la Unión Europea, es decir, antes del 1 de enero. Cualquier movimiento de Rabat estará supeditado a que el Gobierno español tome la iniciativa y promueva algún signo de estar interesado en recuperar el entendimiento. Rodríguez Zapatero se entrevistó también con el primer ministro de Marruecos, el socialista Abderramán Yusufi, y el regreso del embajador marroquí a España no fue el único asunto de la conversación que mantuvieron. La necesidad de reabrir el diálogo sobre pesca y la de celebrar la habitual cumbre entre España y Marruecos que no tiene lugar desde abril de 1999 se sumaron al interminable conflicto respecto al Sáhara. Con sutileza, Zapatero rompió la tradición de los viejos socialistas al respecto, siempre inclinados a defender el discurso del Frente Polisario. Zapatero prefirió escudarse en las intenciones del presidente de Naciones Unidas y del llamado Plan Baker, mientras Yusufi comparaba al Frente Polisario con ETA Con intención de no invadir las competencias del Ejecutivo, atravesó de puntillas asuntos conflictivos. No se pronunció con claridad más que en la necesidad de reabrir el diálogo entre los dos Gobiernos. Solicitó la presencia del embajador de España en Marruecos en todas las entrevistas que mantuviera. Ante las descalificaciones que Yusufi vertió sobre José Bono –quien había acusado al país marroquí de dictatorial- Zapatero sólo insistía en que “hay que destacar el esfuerzo modernizador y democratizador que quiere hacer el rey de Marruecos”. Para despejar las posibles dudas respecto a las aparentes intenciones de su visita a Marruecos, Zapatero declaró: “Todo lo que mi visita ha representado, que creo que ha sido mucho y muy útil, está a disposición y al servicio del Gobierno de España”.