ANÁLISIS DE LA SEMANA
La tierra prometida
Por Raquel González
2 min
Economía16-12-2002
Tanto por ofrecer y tan poco que le dejan recibir. Es lastimoso ver cómo Latinoamérica sufre más y más. Algunos países que lograron levantar cabeza vuelven a caer una y otra vez. Quizá el mejor ejemplo sea Argentina, que sigue pasándolo mal por mucho bombo que se le haya dado a la apertura del corralito. Uno de los problemas más insistentes es el pago de la deuda, para la cual no tienen dinero. Eso sin contar la terrible situación por la que tienen que pasar millones de ciudadanos cada día, los cuales no tienen ni para comer. Esta semana les han dado un respiro a todos ellos, al suspender, por vía judicial, el aumento de las tarifas de la luz y el gas. Ciertamente, algo es algo. La situación varía de país a país. Algunos países se quejan de sus malos gobernantes, otros de embargos comerciales, otros de perder inversiones, otros de que no les dejan dar salida a sus productos... Algunos se quejan de todo junto. Sea cual sea la razón, el resultado es el mismo para toda la zona latinoamericana: su economía no crece. Como consecuencia, la pobreza aumenta y el desempleo también. Es realmente pasmante ver cómo una tierra tan rica en materias primas se llena de pobreza. La mayor parte del café, del azúcar, de la madera, los minerales, el cacao, la lana o la carne que se consume en el primer mundo, llegan de estos países. No hace falta decir que el dinero que reciben los productores, sobre todo los pequeños productores, es mínimo. Mísero. A pesar de todo, la tierra sigue siendo prometida y cada uno de sus habitantes lo sabe, aunque muchos de ellos no tengan más remedio que dejarla, porque Latinoamérica no sólo exporta productos, también exporta cerebros y mano de obra. La dejan para buscar algo mejor en el primer mundo, un lugar donde las cuestiones económicas andan por otros derroteros: que si los acuerdos de fiscalidad, que si las previsiones económicas, que si la reforma del IRPF... Se alejan de la tierra prometida para buscar una tierra que promete un futuro mejor, aunque no siempre cumple.
