La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, soltó la bomba en plenas vacaciones: Miembros de su partido estaban siendo sometidos a escuchas ilegales. Esta grave acusación, respaldada rápidamente por el líder de la formación, Mariano Rajoy, supone un nuevo frente abierto por el principal partido de la oposición que, a falta de pruebas, se ha quedado sólo en sus denuncias.
La tardanza del Tribunal Constitucional en emitir su fallo sobre la viabilidad del Estatuto catalán ha generado los primeros síntomas de nervios en el seno de la política catalana.