El Barça volvió a ganar la Liga de Campeones y reclamó, liderado por el brasileño Ronaldinho de Assis, el relevo con el Dream Team de Johan Cruyff, su referente, tras catorce años de espera desde la noche mágica de Wembley -“Después de tanto tiempo, ya me pesaba demasiado ser el único en haber levantado ese trofeo”, confesó entre risas el ex capitán José Ramón Alexanko-.
De paso, el conjunto de Frank Rijkaard se tomó la revancha de su verdugo el año anterior, el Chelsea, y doblegó en semifinales a otro de los grandes aspirantes, el Milán. Pero también deslumbró la participación del Villarreal, un modesto que, pese a debutar en la competición, se metió entre los cuatro mejores equipos de Europa.
El gerundense se impuso en Hamburgo, para alzarse con su primer Masters Series, al checo Radek Stepanek. En el circuito femenino, Martina Hingis logró su primera victoria tras su reaparición y Meghann Shaugnessy la primera en más de tres años.
Los pilotos españoles tuvieron un fin de semana aciago en Le Mans. Tanto Álvaro Bautista como Daniel Pedrosa sufrieron problemas mecánicos en las últimas vueltas, de modo que Thomas Lüthi, el nipón Yuki Takahashi y el italiano Marco Melandri se repartieron las victorias.
El rally de Cerdeña consolidó a Sébastien Loëb, vencedor por quinta prueba consecutiva, y a Daniel Sordo, que acabó tercero, en sus posiciones de privilegio en el Mundial. El abandono de Marcus Grönholm y los problemas de Petter Solberg ayudaron, asimismo, a que el catalán Xavier Pons lograra una meritoria cuarta plaza.
El conjunto navarro despidió al mexicano Javier Aguirre certificando la mejor temporada de su historia. Además, su triunfo privó al Valencia de la segunda plaza, de clasificación directa para la Champions, y al Sevilla de entrar entre los cuatro primeros. El Villarreal se hizo con la séptima plaza, tras el Celta, y disputará la Copa Intertoto.