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LITERATURA

Mallorca recuperará la figura de Roberto Graves

Por Roberto González GarcíaTiempo de lectura3 min
Cultura23-12-2003

Una vez, hace mucho tiempo, cuando la isla aún olía a pueblo, Mallorca era un reducto de paz y calma en la que se refugiaron muchos e ilustres artistas procedentes de todo el mundo. Santiago Rusiñol, George Sand, Frederic Chopin, Rubén Darío, Gertrude Stein o Jorge Luis Borges, son algunos de los más ilustres. Otros, com Robert Ranke Graves (1895-1985), eligieron quedarse en Mallorca para crear, vivir y, al final, morir en ella.

El autor siempre vivió en la isla, cerca de Deyá, de manera constante cuando se lo permitían sus labores académicas en Inglaterra, excepto en un período de 10 años, durante la Guerra Civil y la I Guerra Mundial. "Muy pronto aprendimos el mallorquín y el castellano y nos adaptamos completamente a la vida mallorquina", así explica su hija, Lucía Graves, la fácil aclimatación de la familia británica a la casa mediterránea que poseían, Can Alluny, que por dentro "fue siempre para nosotros un hogar inglés. Fuera de casa éramos niños mallorquines, pero en Can Alluny la vida se regía por las costumbres de nuestro país de origen", para no perder las referencias en cuanto a lo que eran como familia. Sus hijos Lucía, William y Thomas han vivido también muy ligados a la isla, así como a la difusión de la ingente obra de su padre. El alcalde de Deyá, Jaume Crespí, ha recordado que "la figura de Robert Graves no sólo sigue siendo en estos momentos muy apreciada y querida por los habitantes de Deyá, sino que continúan siendo aún muchos los turistas y visitantes que se interesan por visitar su finca o su tumba". Por ello, el Ayuntamiento y la Fundación Robert Graves han decidido recuperar la finca en la que el autor vivió, donde se creará un museo antes de enero de 2005. El presidente del Gobierno balear, Jaume Matas, ha señalado que la finalidad básica de la fundación es "la conservación, consolidación y divulgación del legado del escritor y poeta británico; así como mantener más viva y más presente, tanto para los ciudadanos como para los que nos visitan, la obra y la memoria de Graves", así como toda su relación con la isla. En representación de la familia, William Graves ha querido destacar la satisfacción de la familia del autor de La diosa blanca y Yo, Claudio por el acuerdo, que garantiza la conservación y promoción del legado de su padre. Can Alluny se encuentra a dos kilómetros de Deyá. Visitando la casa, aún puede encontrar en ella el escritorio, papeles manuscritos, la biblioteca o la máquina de escribir de Graves. Dentro de unos meses, el lugar será decorado con los muebles y los objetos que había cuando ocupaba la casa la familia del escritor. Además, se exhibirá parte de su legado bibliográfico, la imprenta con la que editó libros de poemas propios y obras de la poetisa Laura Riding, quien fue la que arrastró a Graves a Mallorca, que también tendrá su rincón en el centro. "Los buenos recuerdos de mi infancia en aquella casa son infinitos, pero tal vez, si me tuviera que quedar con uno solo, sería el recuerdo de sus libros: su olor y su tacto, su importancia silenciosa" recuerda Lucía Graves. "Muchas veces, durante la comida o la cena, mi padre se levantaba de la mesa, se dirigía a su despacho y volvía con algún tomo en el que buscaba aclarar un detalle que había surgido en la conversación. Fue así como aprendí que los libros encierran todas las respuestas, o casi todas".