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MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Periodista de guerra

Por Arantxa OruscoTiempo de lectura3 min
Comunicación28-12-2003

Ángela Rodicio, originaria de Rivadavia, aunque sus padres viven en Vigo, cursaba su carrera de periodismo con brillantes notas y no abundantes amigos. Una mujer, para quienes la conocen, de fuerte carácter, inteligente y con claras metas en su futuro profesional, que comenzaba su trayectoria como periodista realizando prácticas en diarios regionales, como La Región, El Faro y La Voz de Galicia.

Después, pasó por las redacciones de la CNN y de la BBC, antes de llegar a TVE, donde trabajó en la época de la desaparecida Pilar Miró hasta que ésta dimitió de su cargo. Pero Rodicio volvía al ente público para ir alcanzando poco a poco nuevas metas en el periodismo. Uno de sus primeros destinos como corresponsal de guerra y, sin duda, de los más importantes en su carrera, fue cubrir la Guerra del Golfo en 1991. TVE enviaba a Rodicio a que cubriera una guerra que por primera vez podía ser vista por televisión. En la Guerra del Golfo, trabajó con compañeros de otros medios como Arturo Pérez Reverte, quien, en el libro que el periodista publicaba sobre sus vivencias en el Golfo, Territorio Comanche (1994), se refería a su colega como “la niña Rodicio”. En uno de los capítulos, Pérez Reverte, relata cómo los periodistas más jóvenes escuchaban consejos de la experiencia, como si de un predicador se tratase, del curtido periodista Paco Eguiagaray, reuniones a los que acudían todos “salvo la niña Rodicio que después de tan sólo dos años de periodismo activo se había transformado directamente de modosa becaria en pozo de experiencia, y no necesitaba doctrina de nadie, ni siquiera cuando confundía los calibres, hablaba de los B-52 bombardeando en picado, o permitía que Márquez o los cámaras que trabajaban con ella le sacaran las castañas del fuego”. Arturo Pérez Reverte se refiera a ella como una mujer que criticaba a grandes profesionales como Alfonso Rojo, Paco Eguiagaray o Hermann Tertsch, ya que “como decían Miguel de la Fuente, Fermín, Álvaro Benavent y los que tuvieron el privilegio de vivir de cerca el asunto, trabajar con ella era igualito que hacerlo con Ava Gardner”. Ángela Rodicio, sin embargo, era la única mujer dentro de un grupo de corresponsales experimentados y, pese a las críticas, con el tiempo ha demostrado ser una profesional. Tras lal guerra del Golfo, Ángela Rodicio se convertía en corresponsal de TVE para el centro y este de Europa. Desde su despacho en Budapest, pudo informar de la Guerra de Bosnia transmitiendo sus crónicas desde Sarajevo, hasta enero de 1996. Una mujer polémica por las relaciones que mantenía con sus compañeros de trabajo. Con el jefe de informativos de la cadena, Alfredo Urdaci, no mantenía una amigable relación y, de hecho, desde el entorno de la periodista se recalca este hecho como justificación de la auditoría y el resultado que de éste ha derivado, el cese de Rodicio de su corresponsalía en Jerusalén. Ya sea por irregularidades en la auditoría o por diferencias con el director de Informativos, aún no se ha cerrado la investigación, por lo que no se puede afirmar que la periodista haya empleado de manera fraudulenta el presupuesto de la corresponsalía en Israel. Según el entorno de TVE, rara vez compartía mesa con sus compañeros y se comenta que con su último subordinado, José Luis Márquez, se llevaba muy mal. Tampoco a nadie de TVE le sorprende el hecho de que ahora se conozca que la visión de la guerra de Iraq de la periodista chocaba con la posición de la cadena pública, por lo que algunos textos de Rodicio pudieron ser censurados –y hay quien señala a ésta como la verdadera causa de que haya sido cesada de su cargo-.