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PAKISTÁN

Catorce muertos en el segundo atentado contra el presidente paquistaní en 11 días

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional27-12-2003

La victoria táctica de la oposición paquistaní y de los integristas islámicos sobre el presidente, con la que conseguirán desbloquear el funcionamiento del Parlamento, se ha visto eclipsada por el sangriento atentado que dejó al menos 14 muertos y 46 heridos.

En la ciudad de Rawalpindi, en un punto no muy lejano al puente que fue destruido el 14 de diciembre al paso de la comitiva presidencial, dos camionetas-bomba conducidas por suicidas intentaron asesinar la semana pasada al general Pervez Musharraf, presidente de Pakistán. Tras una primera explosión fallida, el segundo suicida se inmoló cerca del vehículo del mandatario, causando "pequeños desperfectos en el coche blindado del propio presidente, pero los componentes de la escolta y el séquito no sufrieron daños", según informó el portavoz de Interior. El número de heridos entre los que estaban en la calle en el momento de la explosión asciende a casi 46, algunos de ellos heridos de gravedad, por lo que no se descarta que la cifra de 14 víctimas mortales aumente. Después del primer atentado contra Musharraf, las medidas de seguridad se incrementaron. Los servicios secretos detuvieron a decenas de personas e interrogaron a miembros de la seguridad presidencial para detectar posibles fugas de información. En la capital, Islamabad, se puede percibir que las medidas son especialmente estrictas ante la Cumbre de la Asociación de Cooperación Regional del Sur de Asia (SAARC) que se celebrará a principios de enero. El atentado tuvo lugar sólo un día después de que Musharraf firmara un acuerdo con la alianza religiosa de seis partidos paquistaníes, conocida como Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), con el que aceptaba abandonar la Jefatura del Ejército a finales de 2004, una de las exigencias claves de la alianza islámica de la oposición. El MMA, que cuenta con seguidores de los talibán afganos y tiene paralizada la actividad parlamentaria, había pedido a Pervez Musharraf que dejara su doble cargo como presidente del país y jefe del Ejército y que buscara aprobación parlamentaria para los cambios constitucionales que le dieron amplios poderes. La Commonwealth puso la misma exigencia para readmitira Pakistán en la organización, de la que fue expulsada en 1999 tras el golpe militar incruento que llevó al poder a Musharraf.