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ORIENTE PRÓXIMO

El proceso de paz entre israelíes y palestinos, en la cuerda floja

Fotografía
Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional15-06-2003

El Ejército israelí se comprometió a retirarse del norte de la franja de Gaza después de una reunión de urgencia celebrada el pasado fin de semana entre responsables de los servicios de seguridad palestinos e israelíes, en un nuevo intento de sacar adelante la Hoja de Ruta.

Después de una de las semanas más vehementes que se recuerdan, en la que fallecieron más de 40 personas y más de un centenar resultaron heridas, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se vio obligado a ofrecer a las facciones beligerantes palestinas una tregua de tres días para tratar de encauzar el plan de paz previsto por la Hoja de Ruta en los que el líder israelí se comprometía a suspender los “asesinatos selectivos” a cambio de que Hamás interrumpiese sus atentados contra objetivos israelíes. Los movimientos radicales palestinos Hamás y Yihad Islámica rechazaron la oferta. Abdelaziz al Rantissi, portavoz de la primera, aseguró que el alto el fuego “no forma parte del vocabulario” de la organización terrorista. “El pueblo palestino, nuestra tierra, nuestros lugares religiosos, han sido atacados por los terroristas sionistas. Estamos en una situación de legítima defensa y seguiremos defendiéndonos”, subrayó Al Rantissi quien salió con vida de uno de los ataques selectivos perpetrados por el Ejército israelí. A pesar de este clima de violencia, el Ejército se comprometió a retirarse del norte de la franja de Gaza después de una reunión de urgencia celebrada el pasado fin de semana entre responsables de los servicios de seguridad palestinos e israelíes, en un nuevo intento de sacar adelante la Hoja de Ruta. A cambio, las autoridades palestinas prometieron impedir los ataques antihebreos desde las zonas evacuadas por parte de los radicales. La semana comenzó con la muerte de cuatro soldados israelíes en un ataque palestino contra una base militar de la zona industrial de Erez, en el norte de Gaza, en el que murieron también los tres asaltantes, y el asesinato en Hebrón (Cisjordania) de dos palestinos armados que habían asesinado a otro israelí. Horas antes, los grupos más violentos habían anunciado que no se sumarían a un cese del fuego unilateral una vez escuchado el discurso del primer ministro palestino, Abu Mazen, en Aqaba (Jordania) en el que anunció la desmilitarización de la Intifada y no trató temas cruciales para estas facciones como el sufrimiento de los palestinos, el derecho al retorno de los refugiados y la capitalidad de Jerusalén. Con todo, el momento de más violencia se produjo tras el atentado suicida palestino del pasado miércoles contra un autobús de línea en Jerusalén que acabó con la vida de 16 israelíes y dejó 80 heridos. El atentado fue reivindicado por el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamás, en respuesta al intento de asesinato llevado a cabo por el Ejército israelí contra el portavoz de la facción Abdel Aziz Rantisi en el que fallecieron dos personas. A partir de ahí, Ariel Sharon, ordenó siete ataques selectivos en la franja de Gaza contra Hamás, que causaron 25 muertos y decenas de heridos con la consiguiente reacción de las organizaciones terroristas palestinas que han dejado el proceso de paz en la cuerda floja.