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FÚTBOL

Portugal deja a España a las puertas de la gloria

Por Froilán MoraTiempo de lectura3 min
Deportes17-05-2003

A España le falló la suerte en el momento decisivo del Europeo sub-17: el cansancio acumulado de los españoles y dos golazos del portugués Sousa hicieron que el mejor equipo del torneo se quedase sin recompensa. El anfitrión, Portugal, ganó por 2-1 y se hizo con el título: no fue tan vistoso, pero es un digno campeón, pues venció gracias a la grandísima actuación de su portero Felgueiras.

El formato del torneo sub-17 (evolución de los sub-16) constaba de dos grupos, formados por cuatro equipos cada uno, de los que se clasificaban los dos primeros para disputar las semifinales. En el grupo A el campeón fue Portugal, una cantera extraordinaria que además jugaba en casa, al vencer los partidos que disputó contra Dinamarca (3-2), Austria (1-0) y Hungría (0-2). Segundos fueron los austriacos, con seis puntos, tercera Dinamarca y última Hungría, que saldó con derrota todos sus partidos. En cuanto al grupo B, en el que se encuadraba España, se resolvió con los de Juan Santisteban como líderes, siete puntos tras vencer a Italia e Israel -por 2-0 y 0-3, respectivamente- y empatar con Inglaterra a dos goles. Fueron segundos los ingleses, con cinco puntos, uno por delante de Italia, mientras que el combinado de Israel cerró el grupo, también sin lograr puntuar. Las semifinales las disputaron Portugal e Inglaterra y España y Austria. Los campeones de grupo demostraron que su clasificación no había sido casualidad y vencieron en sus respectivas semifinales: España dio un recital contra Austria, especialmente en la primera parte, para ganar por 5-2, mientras que Portugal sufrió más contra los ingleses (2-2), pero forzó la prórroga y fue más efectivo en la tanda de penaltis. Los dos equipos de la Península Ibérica, pues, jugaron la final, que cayó del lado portugués por 2-1. España, que demostró un juego más alegre y creativo durante todo el torneo, se tuvo que conformar con una más que meritoria plata. El delantero David, del Atlético de Madrid, fue el máximo goleador del torneo. El partido no fue en absoluto fácil para la selección española, ya que desde el principio el sistema defensivo portugués era eficiente al máximo y no dejaba a España desplegar el juego que había mostrado durante el torneo. España, acostumbrada a tener el balón y jugarlo a su antojo, no dominaba el medio campo y lo pagó en exceso. Portugal salió muy motivada por el hecho de jugar en casa, con una afición totalmente entregada y una fe absoluta en sus posibilidades. En la primera parte, sin un dominador claro, quienes más ocasiones dispusieron de gol fueron los españoles. Cases se plantó hasta tres veces solo ante Felgueiras, pero fue incapaz de marcar. Así, cuando mejor lo hacían los juveniles españoles, un fallo en defensa permitió a Sousa, con una gran volea, adelantar a Portugal. España no se amilanó y siguió disponiendo de oportunidades, pero ninguna de ellas se materializaron en gol. La selección española salió a por todas en los segundos 40 minutos, y al poco de comenzar David logró la igualada con un buen cabezazo. Pero el destino quiso que tan sólo un minuto después de que España empatase, los portugueses, con una falta escorada que Sousa envió a la escuadra -y el meta Adán no acertó a despejar-, rompiesen de nuevo el partido. Esta vez la presión, el cansancio y el orden en defensa de los lusos impidieron a España sobreponerse al tanto portugués. La última media hroa fue un constante ir y venir, con los chavales españoles intentando rebelarse a su suerte, pero sin acierto, mientras que los portugueses contenían el choque hasta alzarse campeones.