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LOS ‘POPULARES’ CIERRAN FILAS

Aznar da el pistoletazo de salida a la campaña electoral del Partido Popular

Por Ana María RiazaTiempo de lectura4 min
España25-04-2003

En su intervención ante los miembros de la Junta Directiva Nacional del Partido Popular (PP), el presidente del PP –y del Gobierno-, José María Aznar, daba inicio a la campaña electoral que conducirá a su partido hasta los comicios municipales del próximo 25 de mayo.

"Un interés nacional". El presidente del Gobierno iniciaba la pasada semana el período de campaña electoral del PP con un revés dialéctico a la oposición que, aunque quizás no del todo inesperado en estas fechas, sí sorprendía y era recibido con aplausos por los miembros de la Junta Directiva del partido que lidera, cuando convertía en agua de borrajas las acusaciones vertidas tanto por el líder del Partido Socialista (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, como por el de Izquierda Unida, Gaspar de Llamazares, a lo largo de las últimas semanas en torno al conflicto con Iraq. "Algunos sólo saben predicar en el terreno del rencor y el enfrentamiento", afirmó el presidente, quién además lamentó el hecho de que fuera la que é mismo denominó "coalición Llamazares-Zapatero" la primera en reaccionar ante las decisiones del Gobierno con respecto a la guerra con Iraq, no ya desde una perspectiva de reconstrucción social, sino meramente partidista, a fin de que el Gobierno “doblase la rodilla, hacernos insoportables a los ciudadanos y que el Ejecutivo, prácticamente, cayera” Y tras el pistoletazo de salida, la gran maratón que conducirá al enfrentamiento de todos los partidos españoles con las urnas se abría en el PP con la Convención Nacional popular “Siete años de Gobierno”, donde los distintos ministros que han articulado el Gobierno de Aznar desde que salió por primera vez electo en 1996 cantaban sus alabanzas a los diferentes logros adquiridos por el Ejecutivo del PP. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, responsable de inaugurar el acto y que se refirió en numerosas ocasiones a las reformas económicas aprobadas el viernes por el Consejo de Ministros, hizo hincapié en la fragilidad de la oposición de José Luis Rodríguez Zapatero comparándola con una pompa de jabón, y enumeró los logros más importantes del Gobierno en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo, la seguridad ciudadana o la creación de nuevos puestos de trabajo. Del mismo modo, el titular de Justicia, José María Michavila, afirmó que “la Abogacía del Estado viene trabajando para impedir que los de ETA se presenten con otro sombrero, se llame AuB o AuC”, haciendo referencia a la plataforma que se ha dado en llamar "la nueva Batasuna" tras la ilegalización del hasta ahora considerado brazo político de ETA el pasado mes de agosto. El mismo tema focalizó el discurso del actual ministro de Interior, y ex ministro de Justicia, Ángel Acebes, quién además aportó las cifras concretas de la actuación del PP contra el terrorismo en los últimos siete años: 552 detenidos, 52 comandos desarticulados en España; 298 detenciones y 65 entregas a España por Francia; 21 detenidos y 28 extradiciones en otros lugares del mundo. Acebes tampoco tardó en arremeter contra la oposición de Zapatero, al recordar el fracaso del anterior Código Penal de 1995. En lo que respecta a los remiendos del Prestige, fue el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, el encargado de tomar la aguja e hilo preelectorales. "Los demás van a hablar de los único que saben: el Prestige e Iraq", afirmaba Rajoy, quién además añadió que "si no existieran esos dos temas, Zapatero sería irrelevante en la vida política española", para clausurar su discurso con el mensaje "hable usted de lo quiera", dirigido a Rodríguez Zapatero- También quiso advertirle a zapatero que, en caso de que hablara del Prestige, el PP no lo haría sobre el "Mar Egeo"; y si lo hiciera acerca de Iraq, ellos no citarían el "OTAN, no" de principios de los años noventa; y en caso de que recordasen la huelga general del 20-J, no harían lo propio respecto a las cuatro huelgas generales a las que dio cabida el Gobierno socialista de Felipe González. Pero, a un lado de los cánticos y alabanzas del compendio ministerial del PP, sin duda quién más radicalizaba su discurso era el líder del partido, José María Aznar, quién, en un acto de celebración del XXV aniversario de la Constitución Española organizado por la FAES -la organización-herencia de Aznar una vez abandone el liderazgo del partido-, apelaba a la unidad constitucional frente a la fractura del nacionalismo, como bálsamo para aplacar los ánimos de los votantes después del conflicto iraquí. Estabilidad constitucional, fortalecimiento de las instituciones, reforzar la proyección de España en el exterior, dinamización en el ámbito de la economía y del empleo y respuesta a las realidades sociales en los ámbitos de la protección, la integración y la educación serían los cinco objetivos a conseguir, según Aznar, en el futuro inmediato de la España actual.