DÍA DEL LIBRO
Los libros salen a la calle en su día
Por Eliane Hernández Montejo2 min
Cultura24-04-2003
En 1995 la Conferencia General de la UNESCO declaraba el día 23 de abril de cada año El día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. El día fue elegido al coincidir en esa fecha del año 1616 la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, máximos exponentes de la literatura en lengua española e inglesa.
Se trataba de una celebración que en España se remontaba a 1926, cuando, durante el reinado de Alfonso XIII, un Real Decreto declaró el 7 de octubre, fecha de nacimiento de Miguel de Cervantes, como fiesta anual dedicada al libro español. Y en 1930 la fiesta se trasladó, a partir del año siguiente y para los sucesivos, al 23 de abril, fecha de la muerte del autor de El Quijote. El Día del Libro de este año volvió a ser un punto de encuentro: de personalidades en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para leer la obra de Cervantes, de escritores en Cataluña para celebrar San Jordi, y de amantes de los libros en todas las calles de España para acercarse un poco de nuevo a la lectura. El escritor José Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002, fue el encargado de comenzar la lectura de El Quijote. Después de lo cual aprovechó para manifestarse a favor de la lectura, porque "el que no lee debe saber lo que se pierde, que es vivir otras vidas, mirar un poco lúcidamente el mundo y no ser ovejo; sabemos lo que somos leyendo". El Hotel Regina de Barcelona fue el lugar elegido por casi un centenar de escritores para celebrar el día de San Jordi. Allí, los autores reivindicaron el valor de la literatura y la lectura como instrumento para promover la paz, ya que la guerra de Irak fue uno de los temas a los que se hizo mayor referencia. Mientras, en más de 80 países los libros abandonaban las estanterías de las librerías para mostrarse en las calles, con pequeños descuentos, en un intento de captar la atención de los viandantes. Y lo consiguen, porque durante ese día, las ventas de libros aumentan sustancialmente, la pena es que esa afición por la letra impresa se limita a un solo día en todo el año, al menos en España. Según el Estudio sobre hábitos de lectura y compra de libros, promovido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Federación de Gremios de Editores de España, el 46 por ciento de los españoles no lee nunca o casi nunca libros.