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PP y PSOE trabajan codo codo sin caer en la provocación del PNV

Por La SemanaTiempo de lectura3 min
España30-09-2002

Algunos partidos han recibido con regocijo la propuesta de Ibarretxe, como el Bloque Nacionalista Galego. Otros, con cautela: es el caso de Convergencia i Unió. PP y PSOE lo afrontarán desde la unidad. Más cerca que nunca en la lucha contra el terrorismo, el Gobierno no tomará medidas unilaterales al respecto, y contará con el PSOE para trabajar codo a codo.

Que lo propuesto por Ibarretxe es una invitación al diálogo lo creen sus hermanos nacionalistas. Anxo Quintana, el coordinador de la Ejecutiva del BNG, no considera que sea una iniciativa independentista sino una invitación al diálogo para diseñar un modelo de Estado en el que “todos estén a gusto”. Siempre cautelosos, en CiU han medido más las afirmaciones, pero han dejado claro que antes nacionalistas que de centro y burgueses. Consideran el discurso de Ibarretxe una apuesta pro el diálogo y están seguros de que todas las iniciativas son constitucionales y avaladas pro el Tribunal Constitucional. Jordi Casas, secretario General de Unió, aunque escéptico respecto a la viabilidad de las propuestas soberanistas, invitó a los partidos no nacionalistas a que lo miren con visión amplia. Le resultaba una toma de postura potente y atrevida pero también percibía en ella una forma de incrementar la división en la sociedad vasca. No opinan igual en Izquierda Unida. Gaspar Llamazares, la última jugada del nacionalismo vasco es ·”una mano tendida al diálogo”, “rebaja la tensión” y “modera la situación política en el País Vasco”. En el Partido Socialista no han sido tan bien recibidas las ambiciones del lehendakari. Se han cerrado las posibilidades de un cercano encuentro de José Luis Rodríguez zapatero con Ibarretxe y se ha levantado el puente levadizo que los socialistas estaban dispuestos a tender al PNV. Ahora se replantea cuál va a ser la relación entre el PP y el PSOE en el País Vasco y en el ámbito nacional. No se quiere caer en una nueva edición de la unión entre PP y PSOE en las últimas elecciones autonómica vascas, que se entendió en Euskadi como una amenaza a la identidad del pueblo vasco.PP y PSOE coinciden en el análisis de situación y están seguros de que la sociedad vasca va a reaccionar, pues se sentirá abandonada al no haber tenido palabras el lehendakaripara aquellos perseguidos ni para las víctimas del terrorismo. De la misma forma, también están convencidos de que el sector empresarial se unirá a ese movimiento social cuando tome conciencia de que lo que se presagia puede perjudicar a sus negocios. Aún así, hay quienes no están convencidos de que la propia sociedad vasca vaya a provocar el fracaso de la propuesta de Ibarretxe. Es el caso del socialista Ramón Jauregui., que ha propuesto impulsar un movimiento social “firme democráticamente, pero también abierto a sectores nacionalistas discrepantes, inteligente, alejado de los frentismos que fueron tan nefastos hace año y medio”. De lo que sí están radicalmente convencidos PP y PSOE es de que no se va a responder a las provocaciones del Gobierno vasco del PNV como ellos esperan: no se va a suspender la autonomía vasca, lo que incrementaría el victimismo nacionalista y su discurso de “pueblo oprimido” y “sometido”. Las tres grandes amenazas actualmente pueden combatirse con más discreción. El referéndum al que Ibarrexte quiere someter su reforma de Estatuto –lo quiera o no el resto de España- no sería viable sin el apoyo de la mayoría del Parlamento vasco y de las Cortes Generales. Si el Gobierno vasco ejercitara las 20 competencias que el lehendakariha prometido asumir, aunque no estén y no vayan a estar transferidas, sería una decisión unilateral recurrible ante el Tribunal Constitucional. Y que el País Vasco sea contemplado en la reforma del Tratado de la Unión Europea que se efectuará en 2004 como nación libre asociada es, según el Gobierno, imposible.