PAÍS VASCO
Ibarretxe formula la mayor amenaza a la unidad de España
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, en la celebración del Día del PNV
Por La Semana3 min
España29-09-2002
Juan José Ibarretxe pretende que el País Vasco se convierta en una nación libre asociada mediante la reforma del Estatuto que quiere llevar a cabo, aún sin el consentimiento del Estado, y sometiéndola a referéndum de los ciudadanos vascos.
El lehendakari tiene intención de presentar, en el plazo de 12 meses, un texto de reforma del Estatuto de Guernika, que negociará con el Estado y que, con su acuerdo o si él, someterá a referéndum entre los vascos. El País Vasco –más Navarra más el País Vasco francés- se constituiría en nación libre asociada. La amenaza de Ibarretxe contempla también que el Gobierno Vasco asuma hasta 20 competencias, ahora en manos del Gobierno español, aunque estas competencias no sean transferidas oficialmente, desafiando así la legalidad estatuaria y constitucional. En su discurso, Ibarrexte no mencionó a las víctimas del terrorismo, ni a los amenazados y perseguidos por sus ideas no nacionalistas, y sólo habló de ETA para equiparar la distancia entre el PNV y el grupo terrorista con la que hay con “quienes no condenan los crímenes del franquismo” o quienes “jalearon el indulto de los condenados pro el GAL”. Escudado en argumentos como el resultado de las elecciones autonómicas vascas de mayo de 2001 y en las estimaciones de las encuestas que, según él, reflejan que 8 de cada 10 vascos desean ser ellos mismos quien decidan el futuro de Euskadi, Ibarretxe reclama por la vía de los hechos el derecho a la autodeterminación del País Vasco. Considera que dicho derecho forma parte del ordenamiento jurídico porque está contemplado en acuerdos internacionales suscritos por España. El lehendakari emplazó a los partidos políticos a encuentros bilaterales para negociar un “nuevo pacto político” que, para los partidos no nacionalistas es una reedición del pacto de Estella. Gobierno y PSOE han respondido al desafío desde la tranquilidad del Estado de Derecho que proporciona suficientes instrumentos legales para hacer cumplir la ley a todos los ciudadanos y, por supuesto, “al propio Gobierno vasco”, decía Mariano Rajoy, vicepresidente del Gobierno y Ministro portavoz. Para los dos partidos mayoritarios, el proyecto de Ibarrexte excluye a la mitad de los vascos, a la mitad no nacionalista, y apuesta por el nacionalismo en lugar de por la seguridad y libertad de casi la mitad de los vascos, perseguidos y amenazados por no ser nacionalistas. PP y PSOE están de acuerdo en que el PNV busca provocar una reacción drástica pro parte del Estado. Pero ésta, según los partidos no nacionalistas, no llegará y no se responderá a las amenazas de ruptura con el Estado español desde la posible suspensión de la autonomía vasca contemplada en el artículo 155 de la Constitución. Mariano Rajoy explicó que cualquier decisión que el Gobierno vasco quiera llevar a cabo de forma unilateral y fuera de la legalidad puede ser recurrida ante el Tribunal Constitucional. El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, ve jurídicamente imposible modificar el Estatuto de autonomía vasco sin contar con la Constitución pues los Estatutos no conceden soberanía a las Comunidades Autónomas. La soberanía, explicaba, le pertenece al pueblo español, que es el constituyente. Ése, la soberanía del pueblo español en su conjunto, es el límite que tiene la voluntad de los vascos una voluntad que Ibarrexte esgrime como argumento de legitimidad. Sin embargo, para Ibarrexte, que pretende “llegar hasta el final”, la “normalización vasca” pasa por que “se asuma que no es una parte subordinada del Estado español”.