Turquía
Erdogan no consigue frenar las movilizaciones de sus ciudadanos
Por Adriana Robledo2 min
Internacional17-06-2013
Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía ganó las elecciones, por tercera vez consecutiva, el pasado mes de junio de 2012. En estos comicios no consiguió la mayoría absoluta que necesitaba para elaborar un referéndum sobre la decisión de cambiar o no la carta magna, la constitución, escrita hace más de 30 años en un periodo de gobierno militar. Durante estas elecciones el partido perdió seis puntos porcentuales de apoyo en comparación con las anteriores, donde sí consiguió la mayoría absoluta.
En la última semana, el país que gobierna Erdogan se ha visto sumido en importantes revueltas que han ocasionado el encarcelamiento de miles de personas, heridos e importantes desperfectos en el mobiliario público. Uno de los problemas importantes en Turquía es el de la religión. El islam es la religión dominante, con un 97 por ciento de la población, en un país que se considera laico. Hasta el 2003, Turquía sólo autorizaba el culto en las mezquitas y templos de las minorías históricas: griegos, armenios y judíos. La Comisión Europea ha exigido a Ankara que adopte "una legislación con estándares europeos" para un país que quiere formar parte de la Unión Europea. Aun asi, Turquía continua siendo un país que está a caballo entre los intereses de Occidente, con quien se siente unido por el lugar geográfico en el que se encuentra y porque quiere forma parte del Eurogrupo, pero también con Israel, pues comparten una creencia fundamental: el islam. Pero la libertad religiosa en este país, donde mayoritariamente prima el islamismo, es aún un reto para este país que no condena las demás religiones pero que tampoco consigue verla con buenos ojos. En esta semana el primer ministro turco ha concedido un multitudinario mitin en Estambul donde ha declarado que durante su mandado ya no existen malos tratos en prisiones, ni comisarias y se han levantado las limitaciones en la libertad de expresión y manifestación. "Antes de nosotros, la Policía podía usar la fuerza sin ningún limite. Nosotros vinimos y lo restringimos". Utilizó esta comparecencia para advertir a la gente que no se deje engañar y no atienda a las llamadas para manifestarse en la plaza Taksim, centro de las revueltas antigubernamentales. "No podéis manifestaros donde queráis", ha subrayado, sin embargo Erdogan, quien ha insistido en asegurar que se han producido actos de vandalismo durante los 18 días de protestas y que los hoteles en la zona están vacíos. "Las cámaras lo han grabado todo. Los vamos a investigar a todos. Investigaremos los mensajes en los medios de comunicación social. ¿Qué hacían esos extranjeros entre los manifestantes de Taksim?", se ha cuestionado. Durante el último periodo del gobierno de Erdogan en materia de política interna y exterior, puede verse un verdadero viraje que permite hablar de un antes y un después. Antes, existió una técnica de infiltración en las instituciones. Después vino el sectarismo. Antes, se aplicaba la política de Ahmed Davutoglu de "cero problemas" con los vecinos. El antiguo imperio otomano parecía salir de su letargo y volver a la realidad. Después fue lo contrario: Turquía se enemistó nuevamente con todos y cada uno de sus vecinos y se involucró en la guerra contra Siria.