NEGOCIACIONES
En favor de la cultura europea
Por Pablo Suárez2 min
Cultura13-06-2013
Las conversaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos sobre una serie de negociaciones comerciales para un crecimiento colectivo a largo plazo se han visto obstaculizadas por un nuevo debate, abierto por Francia, en el que se niega a ceder el control de cualquier cuestión relacionada con el sector cultural y la industria cinematográfica. Todo el beneficio previsto se demorará hasta que se decida el estado de la cuestión cultural.
Francia amenaza con bloquear con su negativa las negociaciones comerciales pactadas entre Estados Unidos y la Unión Europea ante el aviso de que estas negociaciones incluirán el negocio del cine. Con estas reuniones, se trata de clarificar todas las cuestiones relacionadas con el libre comercio de todo tipo de bienes, y se planea finalizarán para julio, pero la cuestión del ámbito que estas negociaciones deben abarcar es algo que parece mantenerse aun en el aire. TTIP son las siglas inglesas que dan nombre a estas negociaciones. Este Acuerdo Trasatlántico sobre Comercio e Inversión planea aumentar la producción económica europea en casi 65.000 millones de euros, al mismo tiempo que Estados Unidos obtendría su crecimiento similar, que representarían unos 86.300 millones de dólares. Tras dos días de negociaciones y el visto bueno por parte de la Unión Europea, Francia exige que el negocio del cine y los medios digitales debe mantenerse al margen de estas negociaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos. El principal motivo de esta excepción es el miedo a la amenaza que supone Hollywood de un control del negocio, ya que este sector se considera crucial para la identidad cultural francesa. La ministra de cultura francesa Aurélie Filippetti ya afirmó que esta excepción cultural sería defendida de manera incondicional al ser una línea por la que no están dispuestos a pasar, ya que el estado actual de ese sector cultural y las normas que lo regulan permiten a los gobiernos preservar su identidad cultural a través de subsidios y cuotas. Por su parte, el primer ministro francés ha indicado que Francia estará dispuesta a utilizar su veto político para mantener su identidad cultural. Muchos cineastas europeos han manifestado su decepción ante el jefe del Ejecutivo comunitario José Manuel Durao Barroso por tratar de controlar este sector y engañar a la opinión pública. Esto es por lo que Francia sigue ejerciendo presión sobre la Comisión Europea. Francia mantiene que esta excepción cultural es una línea roja por la que no está dispuesta a pasar, ya que ceder en favor de un beneficio económico representaría un duro varapalo cultural y artístico, y que no la supeditarán a la gran industria americana a riesgo e perder su identidad cultural. Sin ir más lejos, en mayo se firmó un comunicado de más de catorce países sobre la necesidad de protección de la cultura europea. Este comunicado fue firmado por países como Alemania o Italia, los que a día de hoy y a diferencia de Francia, no ven conveniente ni necesaria la excepción cultural. Por su parte, la Comisión ve un riesgo en esta excepción como punto de partida y precedente para sucesivas excepciones de áreas en este acuerdo y la pérdida de la esencia inicial, en detrimento del beneficio ideal previsto.