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TURQUÍA

La policía turca desaloja a la fuerza la Plaza Taksim

Por Alba P. HuertasTiempo de lectura3 min
Internacional11-06-2013

Después de dos semanas sin acercarse a la céntrica Plaza de Taksim en Estambul, la policía turca la ha desalojado a la fuerza. Las fuerzas de seguridad han entrado con blindados y han empleado gases lacrimógenos y chorros de agua a prisión para expulsar a los manifestantes de la plaza. Los agentes han justificado su actuación al asegurar que sólo era para limpiar la plaza. De momento no tienen la intención de entrar en el parque Gezi donde los manifestantes están acampados. Los manifestantes han respondido con cócteles molotov, bengalas y petardos. Mientras el primer ministro turco llama a los manifestantes a dejar las calles y asegura que algunos radicales sólo pretenden desestabilizar al Gobierno actual.

Los enfrentamientos más violentos han ocurrido en la zona de obras entre la plaza y la Avenida Tarlabasi. Cabe resaltar que la mayoría de la gente protestaba pacíficamente y se han mostrado en contra del grupo de personas que lanzaban piedras, botellas de cristal e incluso fuegos artificiales. El lanzamiento de cócteles molotov ha provocado el incendio de un vehículo policial. Ante estos ataques la policía ha respondido con cañonazos de agua, gas lacrimógeno y disparando pequeñas bolas de plástico. Uno de las manifestantes ha quedado inconsciente por culpa del impacto de una bola, mientras que muchas personas han sido atendidas por médicos y estudiantes de medicina afectadas por el gas. La policía ha tomado el Centro Cultural Atatürk de la plaza retirando todas las pancartas que cubrían la fachada, así como el monumento a la República y la estatua de Mustafá Kemal Ataturk, fundador de la Turquía moderna. Además una de las barricadas que cortaba el acceso al parque y a la plaza ha sido retirada mientras que la policía ha intentado reducir otras barricadas en la Avenida Tarlabasi. La Plaza Taksim se ha convertido en uno de los centros de revueltas ciudadanas más importante ante el rechazo de la remodelación urbanística del parque Gezi. Muchos más ciudadanos se han unido a esta protesta que se ha convertido en una manifestación contra el autoritarismo de Tayyip Erdogan, primer ministro turco. Ya son diez días de protestas que se han saldado con tres muertos y varios miles de heridos. La Plataforma de Solidaridad de Taksim ha rechazado tanto el uso de cócteles molotov como de gas lacrimógeno. La intervención en la plaza se produjo después de que el viceprimer ministro, Bülent Arinc, anunciara que el primer ministro se reunirá el próximo miércoles con los manifestantes, cosa que según la Plataforma de Taksim aún no se les ha notificado. Por su parte el Gobernador de Estambul, Huseyin Avni Mutlu ha asegurado que la actuación policial pretendía limpiar la plaza y que no tenía nada que ver con el parque Gezi. Ha afirmado que “hay enfrentamientos con pequeños grupos marginales. Pero no hubo grandes enfrentamientos”. También ha asegurado que “el Centro Cultural Atatürk (situado en la plaza) fue convertido en un muro de publicidad para todo tipo de organizaciones legales e ilegales. La gente fue molestada por esto y además se manchó la imagen de Turquía en el exterior", ha manifestado el Gobernador”. El vicepresidente del partido CHP y opositor del gobierno actual ha afirmado que al menos hay 20 heridos por inhalación de gases lacrimógenos en el último altercado. Además ha señalado que “es imposible entender este ataque. Intentan aplastar las demandas muy legítimas por la violencia (…).Este ataque demuestra que la negociación con el primer ministro (Recep Tayyip Erdohan) es solo una mentira o que un grupo fuera del control del primer ministro está perpetrando esto (el ataque)”. Por su parte el primer ministro, Recep Tayyip Erdohan, ha afirmado que las protestas actuales son plan sistemático para dañar la imagen y la economía del país y ha instado a desalojar el parque Gezi. Ha añadido que “el parque Gezi es un parque para pasear, no un lugar de ocupación”. Ha concluido con que “hace diez años no se disfrutaban los derechos que se disfrutan completamente en la actualidad (…). Las sensibilidades ecologistas han derivado en protestas diferentes cuyo objetivo es camuflar la rebelión ilegal contra el régimen democrático”.