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ARQUITECTURA

La obsesión de Chillida por los límites inaccesibles

Por Verónica MurielTiempo de lectura2 min
Cultura02-10-2008

La tercera y última muestra de la serie Materializaciones de Eduardo Chillida se puede ver en el Museo Chillida Leku de Hernani(Guipúzcoa) hasta el próximo 26 de enero. Esta exposición retrata la preocupación y la inquietud del artista vasco por los límites inaccesibles como el horizonte, formando la idea central de la muestra.

A lo largo de 2008, los responsables del museo guipuzcoano han ido presentado estas series de Chillida para que los visitantes puedan ver las obsesiones del artista con los materiales que utilizó para crear su extensa obra. En la primera de estas exposiciones se hacía un recorrido a través de todas las materias empleadas por el creador guipuzcoano y la relación que mantuvo con cada una de ellas. En la segunda, se centraron en los motivos que llevaron al artista a elegir unos materiales concretos y las consecuencias derivadas de su elección. En la tercera y última serie de Materializaciones se reúnen un total de 30 obras representativas del artista, donde se incluyen obras del inicio de su trayectoria profesional como un dibujo que data de 1951, hasta su última etapa que está representada con un diseño de 1998. Todas ellas intentan abordar la visión del artista en relación con cada uno de los elementos y sus creaciones. Es una exposición sobre sus inquietudes, su relación entre el espacio, el vacío y la materia, además del proceso mental que le llevó a su creación. La muestra realiza una comparativa entre dibujo y escultura. Chillida juega a dar relieve a sus dibujos en los óxidos de distintos tamaños y en los hierros. Lo que sobre el papel se ve plano, sobre los óxidos cobra relieve macizo, mientras que en los hierros este relieve deja pasar el espacio. Además, hay tres gravitaciones de gran tamaño, en las que Chillida parte del papel para hacer escultura, pero con el papel como materia prima, lo cose y lo hace pender de cuerdas. En los dibujos las líneas quedan quebradas por espacios, a veces sugeridas con puntos para provocar la reflexión y dudar sobre donde empieza y termina algo, donde se establecen los límites de la materia y del espacio. Con esto, presenta la línea como marcadora del horizonte, representativa del infinito, contrastándola con una serie de dibujos de corte geométrico. Todas las obras de esta serie son un intento del autor de ofrecer sus preocupaciones y su visión sobre los límites inalcanzables a través de los materiales que empleaba para realizar sus obras.