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PARAGUAY

Paraguay vive el fin del dominio del Partido Colorado

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura5 min
Internacional27-04-2008

La victoria de monseñor Fernando Lugo en Paraguay es histórica porque por primera vez se produce alternancia política en el país sin que sea fruto de un golpe de Estado. Lugo acaba, además, con décadas de Gobierno del Partido Colorado.

Más de sesenta años ha permanecido en el poder el Partido Colorado (cuyo nombre verdadero en Asamblea Nacional Republicana), que fue creado hacia el año 1887 desde los resortes gubernamentales del entonces presidente Patricio A. Escobar. La etapa más oscura del Partido Colorado tiene un apellido: Stroesner, el general que permaneció 35 años en el poder (un tiempo sólo superado en Latinoamérica por el comandante cubano Fidel Castro). El general Stroesner intentó dar a su dictadura una imagen democrática y se presentaba a las elecciones cada cinco años pero nunca tenía rival. Aunque la represión fue claramente inferior a sus colegas Pinochet, Videla, Geisel, Somoza o Bordaberry, firmó con todos ellos aquel "pacto de las espadas" que tiñó de sangre Latinoamérica. En febrero de 1989 Stroesner fue derribado por Andrés Rodríguez, de otra facción del Partido Colorado, quien puso fin a la dictadura y, posteriormente, se celebraron elecciones en las que, consecutivamente, fueron ganando los candidatos del Partido Colorado. Se da la circunstancia de que la familia de la candidata a la Presidencia de estos últimos comicios por el Partido Colorado, Blanca Ovelar, fue víctima de la represión de la era de Stroesner. "No fue el partido, fueron unos hombres que usurparon el partido en un momento de la historia", es la explicación que se da cuando se les preguntó en campaña por la dictadura. Fernando Lugo, un ex obispo al que le sobra el "ex" Monseñor Fernando Lugo ya es el nuevo presidente de Paraguay al ser refrendado por el 40,3 por ciento de los votos frente al 31,3 por ciento de Blanca Ovelar. El nombre de Lugo empezó a sonar fuerte cuando en 2006 encabezó una multitudinaria manifestación política demandando una alternativa política al Partido Colorado, aunque pocos desde fuera del país pensaron que la alternativa iba a ser él mismo encabezando una coalición de nueve partidos izquierdistas –liderados por el Partido Liberal Radical– que optaron así por apoyar al "obispo de los pobres". Preguntado sobre temas claves para el catolicismo como si iba a permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo: "matrimonio no, reunión civil o unión civil", respondió el ya presidente electo durante un debate, en lo que suponía una gran diferencia con la respuesta habitual de los políticos paraguayos como Lino Oviedo –también presente en ese debate y que recordó las palabras de la Biblia "uniros y procrearos"–. Oviedo, de la Unión de Ciudadanos Éticos quedó en tercer lugar en las elecciones con el 20 por ciento de los sufragios. Uno de los problemas a los que monseñor Lugo ha tenido que enfrentarse es a una campaña que le situaba como simpatizante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en la que llegaron a circular unas fotografías donde se le veía vestido de guerrillero. Lugo aseguró que esas fotografías eran un montaje y que nunca se había reunido con la guerrilla colombiana. Pero el punto que merece más reflexión es que los medios se refieran a él como "ex obispo", en su biografía oficial se dice que Fernando Lugo "colgó los hábitos para poder presentarse a las elecciones". Pero alguien como él sabrá de sobra que los votos de sacerdocio y de obispado son perpetuos, así que ejerza o no como tal, Fernando Lugo es monseñor, el monseñor que preside Paraguay en un curioso caso que a algunos recordará al del arzobispo Makarios en Chipre, aunque Lugo tenga a su favor su condición demócrata (de todos modos, mejor compararle con Makarios que con Aristide). Parece ser que hay cursada una petición a El Vaticano para dispensa papal. Aliados y recibimientos de la victoria La victoria de Fernando Lugo ha sido recibida con alegría, especialmente por sus aliados ideológicos. El Gobierno español parece hacerlo con los brazos abiertos, y si no merece la pena observar cómo en un informativo de TVE, el canal público estatal español, se habló de la victoria de monseñor Lugo diciendo: "El pueblo paraguayo ha derrotado a quienes lo humillaron, lo traicionaron y lo empobrecieron, la política paraguaya ha traído desventuras y empobrecimiento. Una política que quiere revertir el presidente electo, Fernando Lugo, el llamado obispo de los pobres, con un gobierno ético en un país que ocupa el tercer lugar en la lista de los más corruptos. Si uno creyera en los milagros, el obispo Fernando Lugo acaba de realizar uno". La posición más interesante es la de los bolivarianos. Está claro que en Latinoamérica los gobiernos tradicionales (liberales o socialdemócratas), que buscaban buenas relaciones con EE.UU., se han quedado en minoritarios con el colombiano Uribe y el mexicano Calderón como sus principales referentes. Monseñor Lugo, hasta el momento, ha buscado una relación más próxima hacia los gobiernos de izquierda neutralista como el brasileño Lula o la argentina Fernández de Kirchner, ya que aunque ha pedido más soberanía eléctrica para su país, no ha proclamado ningún tipo de revolución como el ecuatoriano Correa o el nicaragüense Ortega. El venezolano Hugo Chávez recibió su triunfo en su programa con el grito "¡Nos faltaba un cura"! Irónicamente le dio la bienvenida al "eje del mal". Parece claro que el presidente de Venezuela lo quiere como aliado: "Fue un extraordinario triunfo el de Lugo y nos llena de mucho optimismo; es un paso más, se avanza en una nueva época sobre la base de la reivindicación de la historia de la lucha de nuestros pueblos, es un compañero que será muy importante para las democracias liberadoras de la región".