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“Busco jovencitos ardientes"

Por Alba RodríguezTiempo de lectura2 min
Sociedad30-11-2001

En este mundo marcado por el progreso y las innovaciones tecnológicas, el avance puede llegar a convertirse en un arma de doble filo. Internet, además de ser un medio que permite a todo el mundo expresarse en igualdad de condiciones, puede funcionar como un mecanismo idóneo para difundir el delito.

Numerosas personas contribuyen a crear, promover y fomentar todo un entramado de pornografía organizada, en la que los pederastas colaboran en gran medida y sin ningún remordimiento. La producción, difusión y venta de pornografía infantil (bajo el título de “niñas ardientes” o “jovencitos desnudos”) representa en España el 50 por ciento de los delitos cometidos en este área. La dinámica de las páginas de Internet, que aparecen hoy, desaparecen mañana y reaparecen en otro sitio pasado mañana, hace difícil la identificación del hecho y sus promotores. Además, la ausencia de tipificación de delitos y otros vacíos que muchas legislaciones alrededor del mundo tienen, no permiten los procedimientos judiciales contra estos delincuentes. El medio más utilizado por los pederastas en Internet es el de los chats, o conversaciones entre varias personas, lo que les permite también intercambiarse textos y todo tipo de fotografías. Aún así, no es necesario meterse en conversaciones para intentar comunicar con algún pederasta. Existen numerosas web en las que se anuncia y se vende este tipo de material pornográfico. Las imágenes menos fuertes llegan adquirirse por una pequeña cuota mensual y, si se busca algo "más fuerte", algunas web incluyen direcciones de correo electrónico a las que cualquiera puede dirigirse para solicitar el material más difícil de anunciar. Las cintas de vídeo con todo tipo de escenas de pornografía infantil, desde la mera exhibición hasta el sadismo, pueden obtenerse a través de Internet del mismo modo que las fotografías. La mayor parte de las páginas sexuales ilegales que existen en la Red son muy difíciles de localizar, ya que tienen muchos mirror (espejos de una misma web) y pueden estar redireccionadas (es decir, de una dirección de Internet, automáticamente se marcha a otra). Aún así, con paciencia y con la ayuda desinteresada de algún que otro hacker contrario a la pederastia, nada es imposible en la Red.