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EXPOSICIÓN

La ¬Dinastía Omeya¬ vuelve a resplandecer en Córdoba

Por Lola OcañaTiempo de lectura2 min
Cultura03-05-2001

Las ruinas del palacio de Mediana Azahara, en Córdoba, cobraron vida después de siete siglos. Esta residencia musulmana edificada para la favorita del califa, Zahara, será una de las muestras que ofrezca la exposición El esplendor de los omeyas cordobeses

En la inauguración de la exposición, el rey Juan Carlos hizo alusión al orgullo de esa época de esplendor cultural y recordó que con los Omeya "Córdoba era entonces la capital de Occidente, ejemplo y espejo de una civilización urbana, en la que tenían un papel importante los profesionales y clases medias vinculadas al estudio del derecho, a la industria y al comercio internacional". La convivencia entre musulmanes y españoles ha sido una constante a lo largo de toda la historia de la península. Así lo atestiguan los diferentes enclaves arquitectónicos y artísticos que esta cultura dejó en España. Durante más de siete siglos el pueblo árabe, con su arte y su cultura, se establecieron en España, sobre todo en la cuenca del Guadalquivir, y fue desde ahí donde forjaron un vasto imperio que se desintegraría en el siglo XV. Pero no fue ese periodo en la Península un tiempo de hostilidad y enfrentamiento entre culturas. En ese tiempo hubo respeto por las creencias y las costumbres de la España conquistada. Y así lo afirmó el monarca español, para quien esta exposición "quiere concretar estos principios en una filosofía de la convivencia, fundamental en las relaciones entre el mundo islámico y Europa, a través de España" . Del mismo modo, también lo atestiguó el presidente de la República Árabe de Siria, Bachar el Asad, quien aseguró que la civilización árabe en Al-Ándalus constituyó una relevante etapa de concordia, caracterizada por la condescendencia y el acoplamiento intelectual y social entre pueblos diferentes: "Logrando una fusión cultural, cuya materialización hubiera sido imposible si no fuera por el diálogo entre las civilizaciones que hoy reclamamos, porque conduce a la fraternidad entre ellas y, luego, su fusión, lo que nos evita, en el futuro, llegar a una globalización inverosímil y basada en la abolición o la marginación de culturas". La mayor muestra de este periodo es el palacio de Medinat al-Zahara, conjunto palaciego situado a 8 kilómetros de Córdoba fue mandado a construir por el califa Abd al-Rahman III para su favorita, Zahara (flor).