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SUDAMÉRICA

Lula y Kirchner quieren un Mercosur “de dos velocidades”

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía13-06-2003

Si el camino para formar la UE ha sido –y sigue siendo- largo y tortuoso, el Mercosur se está encontrando, aún a pequeña escala, con las mismas dificultades que tuvo en su momento la Europa occidental. Las diferencias entre Brasil y Argentina, por un lado, y Paraguay y Uruguay, por el otro, suponen un lastre a la hora de unificar criterios.

Pero los problemas no se dan sólo entre estos dos bloques: Brasil y Argentina también sostienen un tira y afloja, soslayado de momento, sobre cuál de los dos países tiene mayor derecho a ocupar un asiento permanente por la región en el Consejo de Seguridad de la ONU. Hasta el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, se ha permitido opinar sobre esta cuestión, aunque de forma políticamente correcta: “Brasil tiene un liderazgo natural, de peso, pero Argentina debe conservar un liderazgo de concepto”. Más allá de esta discrepancia, el ministro de Economía de Argentina, Roberto Lavagna, insiste en construir un Mercosur “de dos velocidades”. Esta idea cuenta con el visto bueno del ministro de Exteriores paraguayo, José Antonio Moreno Ruffinelli. Un informe del Centro de Estudios Bonaerenses (CEB) revela el abismo entre los dos bloques: el año pasado, Brasil acaparó el 68,2 por ciento de las exportaciones del Mercosur, Argentina el 28,7 por ciento, y Uruguay y Paraguay se tuvieron que conformar con el 2,1 por ciento y el 1,1 por ciento, respectivamente. Desde el ministerio de Economía argentino se pretende “apuntar a pautas más fuertes de crecimiento sin ánimos mutuos de fagocitarse”. Además, los presidentes de los dos países más fuertes, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el argentino Néstor Kirchner, han manifestado la necesidad de ampliar el Mercosur a otros países sudamericanos, como Chile, Bolivia, Venezuela y Perú, para negociar con EE.UU. en mejor posición dentro del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Argentina, por su parte, desea que se instauren aranceles internos dentro del Mercosur, para evitar que un país cuyo crecimiento se está desacelerando –caso actual de Brasil- invada con sus productos las economías de los otros tres y las mande al traste. “Hasta que logremos tener un ciclo convergente de nuestras economías, necesitamos mecanismos de ajuste para las divergencias”, ha manifestado Lavagna. La necesidad de estos mecanismos se tornará aún más urgente para Argentina a partir de enero del año que viene, cuando deba volver a imponer el arancel externo común (AEC) a las importaciones de fuera del Mercosur, que asciende a un 14 por ciento. Esto hará, según el secretario de la Cámara de Comercio Exterior (Camex) de Brasil, Mario Mugnaini, que las importaciones brasileñas aumenten en Argentina entre un 15 y un 20 por ciento.