Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

AVE

Dimisiones y contratiempos en la inauguración de la línea de alta velocidad Madrid-Lérida

Por Javier de la FuenteTiempo de lectura1 min
Economía02-03-2003

Existen dos máximas en la ley de Murphy; “si algo puede salir mal, saldrá mal” y “los problemas se incrementan en progresión geométrica y las soluciones aparecen en progresión aritmética”. Ambas se han cumplido en la inauguración promocional del Ave Madrid-Lérida.

Desde el principio todo indicaba que al Ave le iba a costar desplegar sus alas. El primer problema devino en la estación de trenes de Lérida. La protesta in situ de un grupo de agricultores expropiados obligaba a retrasar media hora la salida del primer viaje promocional. Solucionado el problema, el Ave tomaba la salida. Una vez en ruta los problemas continuaron. “En estos momentos circulamos a 300 kilómetros por hora”, anunciaba la megafonía del tren. El anuncio crispó los nervios de los periodistas ahí presentes. Señales luminosas fuera de servicio, mal funcionamiento del sistema de frenado o balizas que transmitían órdenes incorrectas eran algunas de las deficiencias del sistema de seguridad. No tardarían en aparecer nuevos contratiempos. El corte de una catenaria provocó la interrupción del suministro eléctrico de la línea. El Ministerio de Fomento considera que se trató de un sabotaje, mientras que desde los sindicatos se asegura que se trata de las prisas en la inauguración de la línea. Como colofón a este rosario de fallos, el hallazgo de una sima de más de cinco metros bajo las vías. La fosa se encontraba a tan solo dos metros de tierra de la plataforma que sustenta las vías del Ave y podría haber provocado una catástrofe de no haberse detectado. Tanto contratiempo ha tenido su coste político. Francisco Álvarez Cascos ha aceptado la dimisión del director del Ente Público Gestor de Infraestructuras Ferroviarias, Juan Carlos Barrón.