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APUNTES DE BANQUILLO

El Kelme toca fondo

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes18-01-2004

Si la continuidad de las estructuras de los equipos Banesto y ONCE –bajo nuevos nombres, Illes Balears y Liberty Seguros–, así como la creación del Saunier Duval, habían aclarado el panorama ciclista en España, la cruz de la moneda ha llegado con el Kelme, que celebrará sus 25 años en Segunda División. Y menos mal, porque Pepe Quiles, patrón del equipo, amenazó con su desaparición si no continuaba en la máxima categoría, que da derecho a participar en las grandes vueltas por etapas y la Copa del Mundo. Finalmente, a pesar del varapalo económico –porque no se luce a los patrocinadores en los mejores escaparates–, el interés de la Comunidad Valenciana en mantener un equipo de elite para dar oportunidades a los corredores jóvenes ha conseguido evitar un desastre mayor. Al menos, el equipo seguirá contando con Ángel Casero y Alejandro Valverde, que podrá competir en la Vuelta a España, pues la organización ha prometido invitar al equipo –además, tratarán de conseguir lo propio en el Giro–, y su presencia en los Juegos Olímpicos y el Mundial, salvo imprevistos, depende del seleccionador nacional, Francisco Antequera, que confía en él. Sin embargo, la cruda realidad ensombrece las añoranzas de la historia. Lejos quedan ya los tiempos de los grandes escaladores y los primeros colombianos –Fabio Parra, Oliverio Rincón– que llegaron a Europa. El equipo se fue convirtiendo en los últimos años en un vivero de excelentes corredores: Chechu Rubiera, Fernando Escartín, Roberto Heras, Santiago Botero… que acababan emigrando a otros equipos para poder disponer de un puñado de millones en efectivo, y por último, acabó en tener que solucionar en el último momento los avales para afrontar la siguiente temporada, una ruleta rusa que ha acabado por explotar. El celo de la Unión Ciclista Internacional (UCI), curada en salud tras los casos de los equipos Coast y Linda McCartney, lo ha perjudicado, pero aunque el mazazo al prestigio del Grupo Deportivo Kelme sea un hecho, los dirigentes hacen bien en velar por la buena salud del ciclismo. Los descensos de categoría son una advertencia para los compadreos y amaños en la gestión de los equipos, que aún perviven: si para conseguirlo se debe reducir el número de equipos en Primera División, la decisión se debe dar por bien empleada… y que cunda el ejemplo. Si lo más fácil es aprender a hacer las cosas bien y a tiempo, ojalá se aprenda la lección y el Kelme, tras un año de travesía del desierto, regrese adonde merece, con la solidez que le garantiza la Comunitat Valenciana.

Fotografía de Roberto J. Madrigal