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APUNTES DE BANQUILLO

Semejanzas

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes20-07-2003

Averigüe en menos de diez segundos qué tienen en común el Tour de Francia y –en menor medida– el Mundial de natación, y no hay que esforzarse mucho. La respuesta correcta es el espectáculo, hasta ponerse las botas, y el papel de los españoles como animadores de primer orden. A partir de ahí, lugar para los matices: en el Tour los españoles se han convertido en el brazo ejecutor de las órdenes de carrera en cuanto se sale del llano. Los equipos nacionales andan más dedicados a descubrir ciclistas con talento –que no está nada mal– porque los patrocinadores no son todo lo generosos que debieran, así anda de estancado el número de equipos profesionales año tras año; pero la fuga de buenos corredores a equipos italianos, holandeses, franceses, alemanes, estadounidenses… ha convencido incluso a los más escépticos de que un mimbre español es poco menos que necesario para construir un buen equipo. Hasta tal punto es así, que los de Euskaltel, y un poco menos los del iBanesto.com, buscan reventar la carrera, mientras otros compatriotas, gregarios de lujo, ayudan a los peces gordos, Ullrich y Armstrong, a impedir que la general se les escape de las manos. Lo único que falta para redondear el momento es igualar las cuatro victorias españolas en el Tour, un hito que no se consigue desde 1986, y que un corredor sea capaz de aspirar a la general: ahí está Roberto Heras, aunque no a corto plazo. La natación es un asunto más delicado: hay que trabajar mucho, muy duro, para salir del montón y ponerse a la altura de los campeones. La premisa se cumple en el caso de los estandartes de las medallas, Gemma Mengual y David Meca. La pega es que en disciplinas tan minoritarias, es una incógnita aventurar el futuro que se presenta en cuanto se pasen los éxitos. Que duren, pero la idea del plan ADO, de las ayudas al deporte olímpico, es la planificación a medio y largo plazo. De momento, ya es un espaldarazo –y un motivo de orgullo– la carta de presentación de España para los Juegos de 2012: a cualquier buen aficionado al deporte se le ponen los dientes largos viendo el ambientazo de las piscinas de Barcelona. Sólo falta que los españoles tengan una dosis de fortuna para colarse en los duelos al sol que depararán los australianos, con Ian Thorpe al frente, con los rusos y los estadounidenses. Malo ha de ser que no caigan varias plusmarcas mundiales, con unas instalaciones cuidadas al milímetro, y –en el caso de la piscina portátil del Palau Sant Jordi– con la última tecnología para permitir el máximo rendimiento a los nadadores.

Fotografía de Roberto J. Madrigal