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SIN ESPINAS

La verdad se impone sola

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura3 min
Opinión20-07-2003

Yo soy de los ilusos que cree que la verdad se impone sola. Creo en ese dulce misterio a pesar de que la realidad pinte que para ocultarla hay que construir y trabajar la mentira. Eso es lo que se pasaron haciendo durante meses las cabezas pensantes estadounidenses y británicas para confundirnos o hacernos claudicar intelectualmente por agotamiento ante la mentira más gorda de los últimos tiempos: que Sadam Hussein era una amenaza para la Seguridad Mundial. Mira que hemos tenido guerras en el siglo XX, dos hasta mundiales, como para no saber ya, aunque sea por Hollywood, ya no digamos los que hemos leído algún libro de historia, que hay muchas razones que explican una guerra pero ninguna que la justifique. Moral o intelectualmente, ni un 11 de Septiembre, y por llegar más lejos, ni la causa de Dios. Lo de las armas de destrucción masiva nos sonó a un chiste mal contando ya no sólo por las incongruencias en las que cayeron Bush, Blair y Aznar al tratar de defenderla -hay un buen número de falacias y contradicciones en sus discursos y declaraciones de ese tiempo- sino porque la misma CIA le remitió un informe a Bush para que no hiciera uso de ese argumento para justificar la invasión de Irak. Le advirtieron de aquello porque no tenían ni una sola prueba en ese sentido. Sadam usó gases y armas mortíferas para aniquilar a los kurdos y a su propia población pero no tenía las armas que decían que tenía. Luego vino lo del trabajo de un universitario británico que fue tomado como top secret irrefutable; y que utilizó Colin Powell ante los ojos del mundo para un pseudoshow que pretendía imitar a aquella comparecencia con fotos de satélite en la crisis de los misiles. Todo aberrante. ¿En qué manos estamos con estos amateurs que juegan a señores de la guerra? Mientras los civiles de Irak recibían a diestro y siniestro las bombas racimo, esas sí que eran verdaderas armas de destrucción masiva, el resto del mundo seguíamos con el incesante bombardeo desinformativo. Tal, que todavía hay mucha gente que no pondría la mano en el fuego después de afirmar que en Irak nunca se encontrarán armas de destrucción masiva porque no las hay. ¿Qué dices? ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? Ahora en EE.UU. se rasgan las vestiduras porque se ha descubierto que Bush mintió en una frasecita de su discurso sobre el Estado de la Unión, cuando soltó falacia tras falacia durante los meses de la preguerra. Lo de dejarle invadir un país y darle presupuesto para matar a miles de civiles y militares, eso no cuenta, pero las mentirijillas no se pueden pasar. ¡No, por Dios! Ahora quieren acabar con él los demócratas y los empresarios judíos porque no arregla la economía ni para atrás. Análogamente, Blair y su parte de las mentiras, que ya le están pasando factura. Y de momento, el más listo Aznar, que ha utilizado el rodillo para no dar explicaciones en el Congreso sobre lo injustificable. Pero ya se sabe: Spain is diferent. En la práctica hay un tirano tocapelotas menos en la faz de la tierra, aunque su fantasma siga haciendo mucho daño con la guerra de guerrillas. En la teoría, tenemos un montón de fantasmas que se reúnen en las Azores para decidir el futuro de un montón de vidas y de muertes porque no creen más que en la práctica. Praxis amigo, pragmatismo. Por eso, no me importa que me llamen iluso porque tengan una ilusión: la Paz Mundial se construye a través del amor y de la defensa verdadera del ser humano por encima de todo, incluido el petróleo. Ahora sí, Nunca Maís.

Fotografía de Javier de la Rosa