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ESCENARIO POSTBÉLICO

Comienzan los primeros repartos de petróleo iraquí en occidente

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura1 min
Economía12-06-2003

El petróleo que se va a repartir entre cinco países no procede de una extracción reciente. Se realizó antes de que comenzara la guerra y hasta ahora ha estado almacenado en Turquía y el Golfo Pérsico. Son un total de 10 millones de crudo de cuya distribución se ha encargado la Sociedad Estatal de Comercialización de Petróleo de Irak (SOMO), la misma que llevaba a cabo esta actividad antes de la guerra.

El petróleo iraquí vuelve a estar presente en el mercado de occidente, aunque es de una forma simbólica más que nada. Las tareas de extracción en las petrolíferas de Iraq no han comenzado, por eso este reparto de 10 millones de barriles es para muchos una recompensa por adelantado. 70 eran los candidatos, cinco los beneficiados. Estados Unidos se ha hecho con cuatro de los 10 millones de barriles: todos han ido a parar a Texaco. Turquía e Italia, que a su manera apoyaron la contienda, también han recibido su parte, así como Francia, que desde la celebración de la conferencia del G-8 hace unos días, vuelve a retomar la amistad con EE.UU. olvidando viejas rencillas , aunque en realidad no sean tan lejanas. Y España también ha recibido su cupo. Antes de la guerra sus relaciones comerciales petrolíferas con Iraq se limitaban a lo establecido por el programa de Petróleo por Alimentos de la ONU. Quizás a partir de ahora la situación cambie. De momento, Repsol YPF y Cepsa recibirán cada una un millón de barriles. Que la economía mundial levante cabeza está muy relacionado con el tema del petróleo. La subida de precio del barril que se ha producido en los últimos meses, siempre lejana a una estabilidad en los precios, merma mucho la marcha de las economías. La demanda oscila en torno a los precios y hasta que estos no encuentren su sitio seguirá todo desbarajustado. Un precio estable y relativamente bajo, o asequible (entre los 20 y 23 dólares por barril), ayudaría a reactivar las economías.

Fotografía de Ana Romero Vicente