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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Estado del bienestar, descanse en paz

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía08-06-2003

Se acerca la hora de vestirse de luto por el logro político más importante del siglo pasado: el Estado del bienestar. Atrás quedaron la lucha obrera más radical y los gobiernos reformistas. ¿De qué sirve ahora un sindicato en un mundo donde los mercados están cada vez más liberalizados y la mano de obra tiene que ir de aquí para allá sin pasado, sin patria ni bandera? ¿Para qué mantener ayudas económicas a los sectores más débiles, ya sean de papá Estado o de mamá Europa, si basta con dar una patada en el suelo y saldrán miles de productos baratos de debajo de las piedras de todos los rincones del mundo? Los estados se hacen viejos y, en el mundo de la globalización, sus fronteras se desmoronan y sus problemas de reúma se contagian. Las medicinas tienen efectos limitados y, entre tanto, las empresas se apresuran a devorar filiales, mercados, accionistas y todo lo que haga falta con tal de que la cuenta de beneficios siga aumentando. Bajo la bandera del neoliberalismo, los organismos internacionales van ganando batallas a los estados. El nuevo orden económico se presenta como aire fresco, pero no es tan nuevo. En realidad, sus postulados son los del más viejo y retrógrado darwinismo. Las coronas de flores ya están reservadas, la tumba comprada en el cementerio de la Historia y la iglesia se prepara para el funeral. Todos estamos invitados. Estado del bienestar, descanse en paz.

Fotografía de Gema Diego