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SIN CONCENSIONES

El Papa viene a verte

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión27-04-2003

La vida llama a nuestra puerta cada minuto. Ofrece miles de caminos a seguir. Vemos el inicio de los senderos pero no el final. Por eso resulta tan difícil elegir. Pero he ahí también la grandeza de la incertidumbre, ser libres para optar. Los hay que optan por seguir un camino fácil y sencillo. Unos caen en el hedonismo, otros en el carpe diem. Siempre buscan el atajo a la felicidad. Creen serlo durante segundos o unos pocos minutos. En realidad, son sólo víctimas del placer inmediato y la autosatisfacción personal. Son pocos, muy pocos, los que verdaderamente llegan a ser felices. Suelen ser aquellos que escogen el camino que, a priori, parece más denso y árido, mas acaba siendo el más fructífero y rico en humanidad. Mi amigo Julián eligió hace más de un año ese trayecto, directo al cielo con escala en el corazón de los demás. Desde entonces, sólo piensa en el otro y queda a la voluntad de Dios para hacer lo que el Jefe quiera. Cuando leo por las calles que el Papa viene a verme, pienso que es Julián el que acude de visita. Recuerdo que son miles en todo el mundo los que, como él, viven entregados a personas que no conocen, de las que apenas saben nada... Simplemente, trabajan olvidados de sí mismos con el pensamiento puesto siempre en el corazón del que tienen más cerca. Julián siempre fue así. También antes de atender esa llamada que tantas veces había recibido. Cuando la vida tocó en su puerta él abrió de par en par e invitó al forastero a que tomara su casa. Desde entonces no ha salido de allí. Sigue aprendiendo lecciones importantes para luego trasladarlas a quienes no son capaces de comprenderlas a simple vista. Algunos le verán como un intermediario, yo le veo como un testigo. Ahora que el Papa y Julián vienen a verme pienso que quizá deberíamos ser nosotros los que les visitásemos más a menudo. No hace falta tomar el avión destino Italia ni pasar dos días en carretera. No es necesario desplazarse a Roma para ver al Papa ni a Salamanca para saludar a Julián. Ambos están mucho más cerca. Sólo hay que regalar un poco de corazón a los demás.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito