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CASO WANNINKHOF

El Supremo de Andalucía ordena la repetición del juicio

Por Miriam AlviteTiempo de lectura1 min
Sociedad24-04-2003

Después de un primer juicio, la Audiencia de Málaga condenó a la acusada a quince años de cárcel por la muerte de Rocío Wanninkhof, pero en febrero de 2002 el Trigunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) atendió el recurso de defensa de la acusada y decidió anular la sentencia y ordenar repetir el juicio, que será en octubre de 2003.

La sala de lo Penal del Supremo apunta que el veredicto del jurado además de no ser motivado deben explicar "las razones por las que entienden que determinados hechos han sido o no probados", ya que el veredicto "no contiene más que un mero catálogo de medios de prueba, que nada explica". El Alto Tribunal afirma que es necesaria una mayor precisión en todo veredicto. No existen "testigos presenciales de la muerte" por lo que "el jurado tendría que haber concretado qué de lo dicho por cada uno de los testigos le sirvió para, razonablemente, poner la acción delictiva a cargo de la acusada y por qué". El jurado resaltó por sus convicciones, siete de ellos consideraron que la mujer cometió el crimen, y dos que era inocente. Éste es el porcentaje mínino que exige la Ley del Jurado de 1996 para condenar a una persona de asesinato y por tanto, Dolores ingresó en prisión. Uno de los miembros del jurado declaró tres días después de la sentencia que "deberían poner en el jurado a personas más preparadas. Es mucha presión para alguien que no tiene nada que ver con la Justicia. Debía ser algo vocacional. Cualquiera no puede asumir la responsabilidad de mandar o no a alguien a la cárcel". De hecho, no encontraron ninguna prueba definitiva que acusase directamente a Dolores, tan sólo pruebas indiciarias para condenarla como un laberinto de contradicciones, mentiras y coartadas mal construidas, una foto de la víctima apuñalada por la sospechosa en un momento de ira, una relación pasional de Dolores con la madre de la fallecida a la que ésta se opuso, pero ninguna huella dactilar, las fibras que se encontraron no está demostrado que pertenecieran a Dolores, y muchos detalles que el Tribunal Superior de Andalucía ha considerado suficientes como para repetir el juicio.

Fotografía de Miriam Alvite