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SIN ESPINAS

Lagunas democráticas

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión29-09-2002

El momento político en el que Ibarretxe ha planteado su “democrático” plan de independencia cosoberanizada es un ejercicio de insolidaridad, egoísmo y cinismo social y político. Es, sin duda, una prueba más de que los nacionalistas vascos van a lo suyo sin importarle la sangre que corra por medio o lo irrespirable del clima que se encuentren al levantarse por las mañanas. Tienen un plan apresurado que cumplir cuanto antes y la ceguera es el camino que han elegido para que éste no se tambalee. Entre las lagunas que presenta la corrección política que sigue a la creencia estricta de que la democracia constitucional es el mejor de los sistemas políticos existentes, se encuentra la incapacidad de adaptarse a las circunstancias con la celeridad con la que lo hacen quienes se saltan a la torera y se ríen de ese sistema constitucional. Les pasa a los que, como Ibarretxe, Arzalluz y Otegui, se creen que la democracia supone sólo derechos para ellos y obligaciones para los demás. El plan presentado por Ibarretxe, lejos de ser democrático, porque se olvida de la otra mitad de los vascos, ha acabado de restregarles en la cara a los no nacionalistas que su inferioridad en la tierra que les vio nacer es y será manifiesta, a no ser que alguien lo remedie pronto. A día de hoy, resulta vergonzoso promocionar la idea de que un nacionalista vasco pueda pedir la independencia de su tierra en un medio de comunicación nacional sin sufrir el mínimo menosprecio por ello, cuando por lo que hay que luchar desde todas las instancias es porque un no nacionalista pueda decir en el País Vasco que se siente español sin que se lo quiten del medio. Este es un ejemplo más que ilustra la perversión del debate político sobre el conflicto vasco, bajo el cual han de romperse todos los convencionalismos democráticos para pasar a la aplicación inflexible de los resortes constitucionales. Lo demás es jugar a perder la mano de un mus que siempre ganan los que juegan con señas falsas. Para colmo ETA se sube a las barbas una vez más con nuevas amenazas y Arzalluz se erige en el Alberdi Eguna en el nuevo defensor de todos aquellos políticos del PP y el PSOE a los que les dé por pasarse por sus sedes a partir de ahora. Una prueba más de irrisorio juego en el que estamos metidos en este país. La Justicia es dar a cada uno lo suyo. Para agresiones duras al Estado de las autonomías, la Constitución tiene artículos que permiten eliminar las trasferencias de poder a quienes tratan de apropiarse de ellas sin permiso. Menos advertencias y más acciones para eliminar estas lagunas democráticas.

Fotografía de Javier de la Rosa