Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CONSUMO

La alimentación desequilibrada provoca el aumento de la obesidad juvenil

Por Elena R. BenitoTiempo de lectura1 min
Sociedad27-09-2002

Sólo un 46 por ciento de los niños españoles siguen una dieta que se puede considerar mediterránea. Ésta es la conclusión más evidente de un estudio de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, en colaboración con la empresa alimentaria Kellogs. El estudio EnKid se ha llevado a cabo analizando entre los años 98-00 los hábitos alimentarios de 3.534 niños y jóvenes entre dos y veinticuatro años.

En la dieta de estos participantes se encuentran mucha carne, refrescos, huevos, dulces y bollería y, en contrapartida, escasez de frutas, legumbres y verduras. Entre las variables que condicionan la mejor o peor alimentación están la zona geográfica, la posición socieconómica y los hábitos de ocio. La menor oferta hace que los niños del ambiente rural coman peor que los de las ciudades. La zona donde mejor se come es la cornisa cantábrica y en el otro extremo se encuentra Andalucía y Canarias. A mayor nivel socieconómico y cultural de la familia, mejor suele ser la alimentación. Los comedores escolares, donde acuden habitualmente un 30 por ciento de los niños, tienden hacia las comidas fáciles y que son del agrado de los niños. Esto y otras prácticas, como comer delante de la televisión o establecer ciertos alimentos como premio hace que la alimentación no sea equilibrada. Comer bien es algo que se aprende. La familia y el ambiente, configuran los hábitos alimentarios de los más pequeños. Los niños se saben la teoría de la buena alimentación, pero, en general, no saben ni freír un huevo. El director del estudio y presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Lluis Serra, afirma que el abandono de la dieta mediterránea ayuda a explicar que en 20 años la proporción de niños obesos haya pasado del 7,5 por ciento al 13,9.

Fotografía de Elena R. Benito