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ORIENTE PRÓXIMO

Israelíes y palestinos viven la semana más violenta desde el inicio de la ‘Intifada’

Fotografía

Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional03-03-2002

Al menos 55 personas murieron y más de 250 resultaron heridas en los diversos actos de violencia que se produjeron la semana pasada entre palestinos e israelíes, una de las cifras más elevadas de toda la crisis de Oriente Próximo. Los ataques y respuestas entre ambas partes se incrementaron en brutalidad y número de víctimas, conforme avanzó la semana, en lo que puede considerarse una auténtica guerra larvada.

El punto de inflexión se produjo el pasado miércoles, cuando una suicida palestina y dos árabes israelíes que la acompañaban murieron en un control militar en Cisjordania después de que la mujer hiciera detonar la carga que portaba. La respuesta israelí fue expeditiva y 24 horas después tropas de elite y paracaidistas, apoyados por decenas de vehículos blindados y helicópteros de combate, asaltaron los campos de refugiados palestinos de Yenin y de Balata, en Nablus. La operación produjo 23 muertos palestinos y dos soldados israelíes así como decenas de heridos. El operativo, que significó el mayor enfrentamiento entre soldados israelíes y combatientes palestinos, provocó el éxodo de miles de residentes (20.000 según algunas fuentes) de las más de 90.000 personas que viven en el campamento de Balata. El Ejército israelí dio por concluida la primera fase de las operaciones en la madrugada del sábado al domingo y se retiraron de este asentamiento tras anunciar la localización de un taller de fabricación de cohetes caseros tipo Kasam, de escasa potencia pero largo alcance, así como de material de fabricación de bombas en un apartamento y de un vehículo de transporte de explosivos. La intervención israelí fue duramente por Estados Unidos, y la Unión Europea quienes pidieron al Ejecutivo de Ariel Sharon la retirada inmediata de las tropas de los campamentos. La reacción palestina fue mucho más virulenta. Una veintena de israelíes perdió la vida en menos de 24 horas en diversos ataques palestinos. Nueve ultraortodoxos judíos perdieron la vida el pasado sábado, en un atentado suicida reivindicado por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa en Beit Ysrael, barrio de Jerusalén habitado exclusivamente por integristas religiosos judíos. Horas después, otros nueve israelíes, entre militares y civiles, murieron cuando un grupo de palestinos abrió fuego contra un retén del Ejército en Ramala (Cisjordania), mientras que otro soldado israelí falleció en la Franja de Gaza, a consecuencia de las graves heridas sufridas en un ataque. Al cierre de esta edición la respuesta israelí a estos actos ya se había producido con el bombardeo de la Jefatura de la Policía palestina en Belén.

Fotografía de Txema García