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ANALISIS DE LA SEMANA

Pendientes del escudo

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional06-05-2001

La futura desaparición del escudo (moneda portuguesa) va a dar paso a otro escudo. Esta vez se trata del escudo antimisiles que EE.UU. ha anunciado que va a desplegar para librarse, él y sus aliados, de los hipotéticos ataques de los países irresponsables. Es la culminación de un proyecto que en los años 80 ideó Ronald Reagan y que hoy es más factible que nunca. Ni la oposición frontal de China ni la más diplomática de Rusia parece que van a hacer cambiar los planes del presidente estadounidense, George W. Bush. La Unión Europea acoge con escepticismo la idea y los líderes de Francia y Alemania son reacios si no se cuenta más con los rusos. Mientras, en Filipinas están más preocupados por las revueltas populares que piden la libertad del ex presidente Estrada que por el escudo. La presidenta filipina, Gloria Macapagal, se ha visto obligada a decretar el Estado de Rebelión después de los violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías que han dejado cuatro muertos. Donde los enfrentamientos no cesan y parece que cada vez es más difícil que lo hagan es en Oriente Próximo. Israelíes y palestinos se empeñan en seguir siendo centro de la atención mundial en vez de ponerse en serio a buscar la paz. El principio de acción-reacción es el preferido por ambas partes y las acusaciones y contradicciones de Sharon y Arafat acentúan la inestabilidad. Inestable se ha vuelto, también, la situación en México. Después de la marcha zapatista hasta Ciudad de México, la paz y los derechos indígenas eran más posibles que nunca. Pero los zapatistas rechazan la ley que regula dichos derechos porque, según ellos, no tiene los mecanismos necesarios para ponerla en práctica. El presidente mexicano, Vicente Fox, y el subcomandante Marcos deberán volver a usar la diplomacia si quieren llegar a un acuerdo. Y, precisamente, fue diplomacia lo que le faltó al secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, cuando anunció que iba a romper todas las relaciones militares con China. Si la situación, por el avión espía y por la venta de armas a Taiwán, es tensa, sólo le faltaba que se hicieran bromitas. La rectificación no tardó en llegar: sólo se iban a estudiar caso por caso dichas relaciones.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD