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ACHIQUE DE ESPACIOS

Con permiso de la tradición

Fotografía
Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes03-12-2001

La ruleta del sorteo de Busán (Corea) dejó a España ante otra gran oportunidad. Pocas veces podrá presumir la selección nacional de tener unos argumentos tan sólidos para afrontar con garantías un Campeonato del Mundo. Si no fuera por esa dichosa tradición en los arranques de cada Mundial que termina por pasarle factura a España, cualquier sueño se quedaría corto. El horizonte mundialista para la Armada española es tan despejado, que incluso Camacho sabía ya que su equipo no se enfrentaría a las tres grandes potencias, Brasil, Francia y Argentina, hasta una hipotética final. Así, lo que sería un deber para España en cualquier otra cita se convierte ahora casi en una obligación. Todo lo que no sea pasar la siempre cruel barrera de los cuartos de final, e incluso no meterse en semifinales, volvería a ser un fracaso para el fútbol nacional. Por mucho que la experiencia lleve a la cautela y la prudencia, los tres rivales en la primera fase son inferiores a España. Ni Paraguay, ni Suráfrica ni Eslovenia son contrincantes de renombre para hacer tambalear las ilusiones del equipo de Camacho. El problema es otro, se trata de asumir de una vez por todas ciertas responsabilidades. Hace unos días, el técnico español lanzó un órdago sorprendente: "España debe luchar por ganar el Mundial". Ese argumento acerca al equipo a un compromiso de primer orden, propio de un conjunto cargado de jugadores de gran nivel que representan a clubes que son alguien en el mundo del fútbol. Precisamente por eso debe luchar el conjunto español, por ser alguien, por hacerse un nombre entre las potencias mundiales, igual que ya lo han hecho sus clubes en Europa. Los contrincantes que tendrá España en la primera fase le harán, además, llevar la iniciativa en cada partido. Por ahí, desde el primer día, comenzarán las responsabilidades del equipo nacional. Será momento de comprobar el verdadero nivel de ciertos jugadores en una gran cita, de olvidar de una vez por todas fracasos pasados, de recuperar todo el prestigio perdido en la última Eurocopa. Con permiso de la tradición, el mundial de Corea y Japón se antoja como la gran oportunidad de España. Otra más. Y van...