ARQUEOLOGÍA BAJO EL MAR
La primera guerra médica sigue dando sus frutos
Por Isidro García-Recio López
1 min
Cultura29-04-2004
Desde el pasado mes de octubre, el Departamento de Arqueología Submarina griego, dirigido por Katerina Delaporta, ha dedicado sus esfuerzos a investigar una zona de navegación peligrosa situada a pocas millas del Monte Atos, en la Península de Halkidiki.
El pasado miércoles, 28 de abril, la expedición halló los restos de una flota persa que naufragó en la primera guerra médica. Se trata de la primera flota persa enviada por Darío en el año 492 a. C. El hundimiento de los navíos está perfectamente documentado en multitud de textos antiguos, destacando -entre todos ellos- aquel que fuera redactado por el historiador griego Heródoto. La flota estaba compuesta por trirremes (embarcaciones que tenían tres tipos de remos, manipulados por 170 remeros) y, casi con toda probabilidad, por otras naves cargadas de armamento y víveres. Según los escritos mencionados anteriormente, el naufragio se produjo antes del combate, y tuvo sus causas en la desfavorable meteorología. En colaboración con el Departamento dirigido por Delaporta, han actuado otras entidades de renombre: el Instituto Canadiense de Arqueología en Grecia, dirigido por Stephanie Kennel, el Centro Heleno de Investigaciones Marinas y el equipo del arqueólogo Shelley Wachsman, miembro de la Universidad de Texas A&M. La búsqueda de la flota persa se llevó a cabo con un “Sonar Side Scan”, el cual exploró una zona de 173 kilómetros cuadrados -hasta una profundidad de 480 metros- en las zonas este y sur del Monte Atos. Katerina Delaporta expresó -en rueda de prensa- el deseo de que su equipo encuentre más restos arqueológicos en próximas expediciones, pero, por desgracia, la continuidad de las mismas no depende de ella. La cifra de gastos habidos en las últimas dos semanas de trabajo asciende a 180.000 euros. Saber es pagar.