El Rey abre la VIII Legislatura con una defensa de la Constitución
Por Raúl Romero Martín3 min
España22-04-2004
Sus Majestades los Reyes y el Príncipe de Asturias presidieron el pasado jueves en la Carrera de San Jerónimo la solemne apertura de la VIII Legislatura. La Cámara Baja acogió a diputados, senadores, Gobierno y otras autoridades. Don Juan Carlos apeló en su discurso al consenso de 1978 para cualquier reforma de la Constitución y reclamó al Parlamento unidad frente al terrorismo.
Elegido Zapatero presidente del Ejecutivo, prometido su cargo y el de los dieciséis ministros que componen su equipo de Gobierno, tomadas las primeras decisiones marcadas por el "talante dialogante" de ZP -que decide sólo, sin debate en la Cámara, la retirada de las tropas españolas en Iraq- el pasado jueves era el día en que el Rey, acompañado de la Reina y el Príncipe de Asturias, presidió la solemne apertura de las Cortes Generales. Al acto, que comenzó a las once y media de la mañana, acudieron también las Infantas Doña Elena y Doña Cristina que se sientan en un palco de la tribuna. En el contiguo estaban también Don Jaime de Marichalar, Don Iñaqui Urdangarín y la prometida de Don Felipe, Doña Letizia Ortiz. En el hemiciclo, Zapatero y sus ministros estrenan el banco azul. En la oposición, los primeros asientos de los populares son ahora para Mariano Rajoy, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana. En la tribuna de invitados se daban cita algunos presidentes autonómicos: Manuel Fraga, Esperanza Aguirre, Vicente Álvarez Areces, Jaume Matas y Juan José Ibarretxe. También estaban presentes los ya cesados Jesús Cardenal y Javier Ansuátegui acompañados del Defensor del Pueblo, Fernando Múgica. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, comparte conversación con Santiago Carrillo y Miguel Herrero. El Himno Nacional retumba en las paredes del Congreso, la solemnidad recuerda a la del 27 de diciembre de 1978 (fecha en la que D. Juan Carlos juró la Constitución vigente), las primeras palabras del monarca son en homenaje a las víctimas del 11-M. Los brutales atentados del 11 de marzo en la capital han situado la amenaza del terrorismo internacional en primer plano, mientras las demandas de reformas estatutarias y constitucionales han abierto un frente insólito en la vida política. De ahí que el monarca apoyara su discurso en dos ejes: la soberanía popular en lo que a la reforma de la Constitución se refiere y la política exterior para la lucha contra el terrorismo. "Las eventuales adaptaciones de la Constitución deben acometerse con el mismo espíritu de consenso que permitió alumbrarla", proclamó Don Juan Carlos. Después pidió a los diputados "lealtad con el pueblo que las ha elegido y a la Constitución que las ampara". El Rey destacó los valores de la Constitución y remarcó el carácter autonomista del Estado español: "En nuestra nación y en nuestro Estado hay sitio para todos", afirmó y lo explicó al decir: "Vivimos en una nación plural y nuestra Constitución recoge y ampara esa pluralidad al configurar nuestro Estado como un Estado autonómico". "A sus señorías corresponde también respetar esa pluralidad, conciliar sus intereses, armonizarlos y hacer de nuestro proyecto de vida colectiva una obra tolerante e integradora que sume en lugar de restar, que a todos nos sirva y a todos nos haga prosperar". El Rey destacó también la importancia de la política exterior a la que señaló cuatro puntos fundamentales: la Unión Europea, la "dimensión iberoamericana" de España, sus lazos mediterráneos y "sus vínculos transatlánticos".