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El Gobierno enfrenta las acusaciones de manipulación desclasificando documentos

Por Noelia Hernández MartínTiempo de lectura2 min
España17-03-2004

La trágica masacre del pasado día 11, la información del Gobierno sobre la posible autoría de los atentados y los sorprendentes resultados electorales. Estos son los ingredientes que han provocado una de las semanas más intensas y difíciles para el Gobierno en funciones de José María Aznar.

¿Mintió y manipuló el Gobierno las pruebas que responsabilizaban a ETA o Al Qaeda como autores del atentado, o todo se debe a una operación de los socialistas y el Grupo Prisa? La verdad sólo ellos la sabrán. Pero lo cierto es que la actuación del Gobierno ante la autoría de los atentados ha quedado en entredicho. Los populares se precipitaron a señalar a ETA en lo que puede parecer un intento por evitar el recuerdo en el electorado la intervención de España en Iraq. Esto es lo que hace pensar que el PP cocinó una maniobra que, al final, salió mal aderezada en la cita a las urnas. Los que gritaron el no a la guerra y los medios de comunicación afines a la izquierda no han parado de tirar piedras al tejado de Aznar, pero algunas han ido demasiado lejos. Es el caso del director Pedro Almodóvar, que tras proyectar su última película en su estreno para los medios de comunicación, aprovechó su cita con los periodistas para, con una frialdad increíble y una falta de respecto indignante hacia las más de 200 víctimas, felicitarse por la victoria del PSOE. La politización del acto fue más allá cuando Almódovar se hizo eco de un rumor que, según el director, circulaba por la red y que acusaba al PP de haber estado a punto de dar un golpe de Estado el pasado sábado. Y añadió: "Ojala alguien lo confirme para que todos nos enteremos hasta qué punto no estamos viviendo en un Estado democrático". Pero esto no ha quedado así y el PP ya ha interpuesto una querella criminal contra un director arrepentido por no medir sus palabras, que se intentó justificar diciendo: “Yo soy un artista”. El PP también ha intentado defenderse. Primero, una manifestación que aglutinó a cientos de ciudadanos en Génova y donde también hubo insultos para diferentes medios de comunicación y contrincantes políticos. Segundo: cinco documentos desclasificados. Entre ellos, dos del Centro Nacional de Inteligencia que muestran, según el Gobierno, que la evidencia de la autoría de Al Qaeda no era tanta. Las pruebas respaldan, por ejemplo, que el ministro del Interior informara del hallazgo de la furgoneta con detonadores y la cinta en árabe nueve horas después de encontrarla, el tiempo que, según el documento, emplearon las Fuerzas de Seguridad del Estado en examinarla. El convencimiento del CNI de que ETA estaba detrás de la masacre o la inexistencia de un suicida entre las víctimas son algunas de las pruebas que el Gobierno ha aportado para evidenciar su inocencia. Como ha pedido el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, que los ciudadanos juzguen la actitud de cada cual.