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EL DARDO EN LA SEMANA

Muere el último defensor de la pureza de la lengua

Por Roberto González GarcíaTiempo de lectura1 min
Cultura07-03-2004

Tras su fallecimiento, fue incinerado, y sus cenizas reposarán en la localidad de Magallón, en Zaragoza, pueblo al que está muy vinculada la familia. Una serie de desarreglos generalizados en su salud le condujeron a la muerte tras varios días de hospitalización.

Este zaragonano había sido director de la Real Academia Española, puesto que actualmente ocupa Víctor García de la Concha, que ya ha expresado su pésame a la familia. La muerte de Lázaro Carreter ha dejado un poco huérfanos a todo el mundo de las Letras. Junto con Álex Grijelmo, Carreter desempeñó una ardua labor editorial, a través de varios libros como El dardo en la palabra, para corregir los vicios y errores de uso en el idioma español. Como herencia, deja una serie de indicaciones y consejos que hacen brillar la lengua en la que Cervantes escribiera sus textos. Precisamente fue con El dardo en la palabra con el que en julio de 1998 recibió el Premio Don Juan de Borbón 1997, que otorga la Fundación Conde de Barcelona y promueve el diario La Vanguardia. En él, hizo una recopilación de artículos en los que critica las incorrecciones lingüísticas de los periodistas y de los hablantes en general. Entre otras distinciones y premios, es Comandeur dans l´Ordre des Arts et de Lettres de Francia, posee la Creu de Sant Jordi, y fue Premio Aragón de las Letras en 1990. También obtuvo el Premio de Periodismo Manuel Aznar y Manuel de Cavia, el Premio Internacional Menéndez Pelayo, y el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes. Para comprender mejor sus palabras como lingüista, sirve recordar sus propias palabras: "Elogiar la palabra es como elogiarnos a nosotros mismos, porque la palabra es la materia básica para entender lo humano".