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PREMIOS OSCAR

La Academia de Hollywood rinde tributo a la ¬Trilogía del Anillo¬

Por Héctor Llanos MartínezTiempo de lectura2 min
Espectáculos29-02-2004

La única sorpresa de la 76 edición de los premios Oscar fue la voluntaria ausencia de sorpresas. El tributo que la Academia de Cine estadounidense rindió con 11 Oscar a El Señor de los Anillos: El retorno del rey parecía programado con años de antelación, desde que las dos primeras partes de la saga apenas recogieran cuatro y dos estatuillas, respectivamente, a la espera de que la entrega final triunfara, independientemente de la calidad de sus posibles contrincantes.

La película de Peter Jackson consiguió todos y cada uno de los premios a los que optaba, eliminando las posibilidades del resto de títulos en liza. El neozelandés recogió a título personal el galardón a la dirección de manos del actor Tom Cruise, justo antes de que el premio final a la mejor película del año evidenciara la hegemonía de la Tierra Media, con el mejor guión adaptado también entre sus logros. El único perdedor de la noche, aparte del resto de filmes, fue el actor Bill Murray, que no consolidó su posición de gran favorito en la categoría de mejor actor protagonista, a manos del talento de Sean Penn mostrado, en esta ocasión, en Mystic river. El público del Kodad Theatre se levantó al unísono para celebrar el triunfo de Penn, el vencedor más comprometido de la noche al incluir cierta crítica al gobierno de George W. Bush en su discurso. También esperada fue la presencia de la actriz sudafricana Charlize Theron en el momento de recoger el Oscar a la interpretación femenina protagonista por su transformación en Monster. La celebrada segunda película de Sofia Coppola, Lost in translation, tuvo que conformarse con un solo galardón de los cuatro posibles debido a la avalancha jacksoniana. El apartado del guión original era en el único en el que no se enfrentaba a El Señor de los Anillos y también el único que tenía prácticamente asegurado desde el inicio de la gala. Marcando la tónica de la gala, el inicio de la misma aseguró el triunfo a los intérpretes mejor colocados frente a los premios a los actores secundarios. Renée Zellweguer hizo de su papel en Cold Mountain el que definitivamente le dio el triunfo, tras dos intentos fallidos -El diario de Bridget Jones y Chicago-. Por su parte, Tim Robbins, al igual que Penn, también consiguió su primera estatuilla gracias a Mystic river, pero su posible discurso antibelicista se redujo a un simple símbolo de la paz en su solapa.