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DESAPARICIÓN

Preocupación lingüística

Por Roberto González GarcíaTiempo de lectura2 min
Cultura17-02-2004

La globalización está muy bien, ¿pero debe terminar con la diversidad cultural? La cultura universal que se impone estos días amenaza con terminar con 400 lenguas vivas, que representan a pequeñas culturas periféricas. Se trata de lenguas de muy pocos hablantes, menos de mil, y que en muchos casos rondan edades avanzadas, según señaló Nicholas Ostler. En la edición española de la revista Foreing Policy, Ostler augura que posiblemente más de la mitad de esas cuatrocientas lenguas habrás desaparecido a finales del presente siglo.

El Presidente de la Fundación de las Lenguas Amenazadas señala que la principal causa de ese holocausto lingüístico es la colonización histórica, política y cultural, puesto que el los grandes imperios coloniales siempre se impuso la lengua del dominador. Para ello, Ostler se remite a las pruebas, refiriéndose al Imperio Británico: La mayor concentración de lenguas en vías de extinción se encuentra en el mundo de habla inglesa. Y continúa en su exposición al señalar que aunque EEUU, Canadá y Australia representan sólo el 8 por ciento de las lenguas vivas del mundo, en su territorio se hablan más de la mitad de las lenguas que están en la lista de amenazadas. Por ejemplo, 138 de las 261 lenguas aborígenes de Australia están ya casi extinguidas. El uso más repartido de las lenguas mayoritarias no salvará a las minoritarias, aunque las que están en peligro de extinción sí pueden recibir cierta ayuda, como ha ocurrido con el galés. Esta lengua sufrió las consecuencias de la Revolución Industrial, cuando la movilidad de trabajadores amenazó con su desaparición. Actualmente, y gracias al apoyo de las instituciones y de los medios de comunicación locales, el galés está viviendo una época de revitalización. La UNESCO, junto con otras oenegés, poseen una mayor conciencia de la situación que atraviesan las lenguas minoritarias y del desastre cultural que supondría su desaparición, y es por ello por lo que están afrontando el reto de documentarlas. Esa labor, según Ostler sería muy cara, ya que consistiría en documentar las lenguas en sus formas orales y escritas. En un momento lingüístico tan tenso como este, surge de nuevo la iniciativa del doctor polaco Lázaro Zamenhof y del Esperanto. Este idioma fue concebido como lengua puente para hablantes de diferentes idiomas. Según sus teorías, aprender un idioma neutral, como es el Esperanto, no colocaría a unos pueblos en ventaja sobre otros, sino que todos los pueblos dialogarían en condiciones de igualdad. De esta manera, se preservarían también esas lenguas minoritarias, ya que no deberían ceder ante una lengua más potente, como es el caso del inglés, sino que seguirían usándose en sus comunidades.