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Un año de luto

Por Mar GarcíaTiempo de lectura2 min
Sociedad13-11-2003

Hace un año las costas del norte de España se llenaron de fuel ante la impotencia de mariscadores y marineros. Doce meses después, la herida permanece abierta a casi 4.000 metros de profundidad. Mucho chapapote se ha recogido desde entonces. Al principio fueron los pescadores los que se lanzaron a las playas para arrancar del mar con sus propias manos las toneladas de fuel que el Prestige escupía.

En noviembre de 2002, un petrolero con bandera de las Bahamas se partió y se hundió frente a las Islas Cíes, en Vigo. Debía transportar el crudo desde Letonia hasta Gibraltar. Comenzaba entonces el mayor desastre ecológico al que se enfrentaba el Gobierno de la Xunta de Galicia en catorce años, con Manuel Fraga a la cabeza. El Prestige, con 26 años de antigüedad, guardaba en su interior 77.000 toneladas de fuel. La primera decisión fue la de alejar el barco de las costas gallegas, aún en luto tras el desastre, en 1991, del petrolero Mar Egeo. Científicos, oposición y técnicos mostraron su desacuerdo ante una decisión que el Gobierno defendió como la más adecuada. El ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, mandó el remolcamiento del barco hasta aguas portuguesas para dirigirse posteriormente, según últimas declaraciones, hasta Cabo Verde, el único país dispuesto a recibir al Prestige, ya herido de muerte. Las primeras manchas ya habían llegado a la costa anunciando lo que aún no ha terminado. La mañana del 17 de noviembre, las playas de Trece, Camelle y Roncudo (en la Costa da Morte) amanecieron llenas de chapapote. La mañana del 19 de noviembre, el Prestige desapareció para siempre en las aguas del Atlántico partiéndose en dos. Comenzó entonces una cuenta atrás para intentar evitar lo que fue inevitable: miles de playas se cubrieron de negro. Los vecinos de la zona intentaron salvar las islas Sálvora y Sagres, puerto de entrada a una de las rías más productivas del mundo. Fue imposible: Muxía, Sanxenxo, Portonovo sirvieron de tétrico escenario a la muerte del Prestige.El 4 de diciembre, la Ría de Arousa, recibió impotente al monstruo negro que marineros y mariscadores habían intentado detener. Desde ese momento miles de kilómetros de playa se han visto afectados, desde las Islas Cíes hasta Gran Bretaña, afectando incluso al litoral meridional del Reino Unido.