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Bremer vuelve a Iraq con la intención de acelerar el traspaso de poder a los iraquíes

Por Miguel Martorell Tiempo de lectura1 min
Internacional15-11-2003

El informe de la CIA que asegura que el número de iraquíes que engrosan las filas de la resistencia está aumentando, obligó al presidente estadounidense, George W. Bush, a citar urgentemente al administrador civil para Iraq, Paul Bremer, que volvía el jueves a Bagdad con la misión de acelerar la transferencia de poder a los iraquíes.

La propuesta que, desde hace varios meses, mantienen Francia y Alemania, parece tener cabida ahora en los objetivos de EE.UU. para Iraq. "Queremos apurar nuestro trabajo en lo que se refiere a las bases legales para instalar un nuevo gobierno iraquí", aseguraba el secretario de Estado estadounidense, Collin Powell, que también se encontraba en la reunión con Bremer. Además de Bush, Powell y Bremer, también estuvieron presentes en el mencionado encuentro, el vicepresidente, Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice. "No creo que sea justo decir que el consejo está fracasando" dijo el administrador civil respondiendo a las acusaciones de que el Consejo designado en agosto para preparar una Constitución y convocar elecciones, no funciona. Al parecer, carece de autoridad y legitimidad, sus 25 representantes no se coordinan y cada uno va por su lado. A pesar de la escalada de violencia en Iraq, Bremer consideró que las tropas de EE.UU. viven un conflicto "de baja intensidad" e instó al Consejo de Gobierno iraquí a "tomar sus propias decisiones" sobre el calendario para redactar una Constitución y convocar elecciones. En el informe de la CIA se asegura que la resistencia iraquí gana partidarios a medida que aumenta la sensación de vulnerabilidad de los norteamericanos. Bremer no entró en valoraciones, pero aseguró que tendrán “días difíciles por delante, porque los terroristas van a intentar convencer al pueblo iraquí de que EE.UU. no va a mantener el rumbo" y añadió que regresaba a Bagdad con la enérgica decisión del presidente Bush de derrotar al terrorismo y devolver a los iraquíes la autoridad sobre su propio país.